El cayo de la muerte

Caleb llega a muchas casas

Jue, 07/08/2021

De cierta manera prosigue, este jueves 8 de julio, con una nueva tanda fílmica a propósito de la programación televisiva por el verano en Cuba. La misma comienza con el documental Napoleón de gratis, realizado en 1961 por Eduardo Manet; el corto de ficción El unicornio, dirigido por Enrique Colina; y el animado El alfabeto, de Tulio Raggi.

Como cierre de la tanda fílmica se escogió el largometraje El cayo de la muerte, coproducción entre Brasil, España y Cuba, realizada por el cineasta brasileño Wolney Oliveira, graduado de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV) ―donde descubrió su tema― y protagonizada por el popular actor Caleb Casas.

Asimismo, el “Primer plano” de este lugar para el séptimo arte cubano de todos los tiempos encuadrará a uno de nuestros histriones más talentosos, el propio Caleb, quien es poseedor ya de una extensa trayectoria en la televisión, el teatro y el cine.

Caleb Casas nació en La Habana el 3 de diciembre de 1980. Debutó como protagonista de la serie infantil televisiva El cucumí se despierta los domingos, realizada en 1989 por Carlos Medina. Luego actuó en Castillo de cristal, de Tomás Piard; Blanco y negro no y Memorias de un abuelo, codirigida por Rafael Acosta y Miguel Sosa. También protagonizó las aventuras, en la pequeña pantalla, El elegido del tiempo y La Atenea está en San Miguel, sin olvidar sus incursiones en varias telenovelas colombianas.

Sin embargo, no descuidó su formación y tras cursar estudios de artes plásticas durante tres años, Caleb matriculó en la Escuela Nacional de Arte, donde permaneció hasta 1999, año en el que entra al entonces Instituto Superior de Arte, donde se gradúa como licenciado en Arte Dramático.

Más tarde, tras protagonizar la exitosa puesta en escena de la obra La Celestina, dirigida por Carlos Díaz en 2002 con su grupo Teatro El Público, Caleb decide incorporarse al grupo Argos Teatro y a las órdenes de Carlos Celdrán interpreta un conjunto de resonantes puestas de Roberto Zucco, Vida y muerte de Pier Paolo Pasolini, Chamaco y Locos de amor. 

Igualmente, personificar al padre en 10 millones, original del propio Celdrán, a un maduro Vicente Revuelta en Misterios y pequeñas cosas y nada menos que a José Martí en Hierro, también escrita y dirigida por Celdrán, ha convertido a este actor en uno de los más prominentes y laureados del panorama teatral cubano.

Por otra parte, Caleb Casas ha mantenido desde 1990 una labor creciente como actor en telefilmes como Niña en el espejo, de Tomás Piard; Buscando a Little Richard y Pompas de jabón, realizados por Charlie Medina. Por este último recibió, con solo 24 años, el primero de sus cinco premios Caricato de la Asociación de Artes Escénicas de la UNEAC, esta vez en la categoría Televisión.

Pero es Lester Hamlet quien le ofrece la oportunidad de lucirse en el cine al proponerle el personaje del joven rebelde en Lila, segundo cuento del largometraje colectivo Tres veces dos, producido por el ICAIC en 2003. En este, Caleb venció el reto en una hermosa historia de amor en clave de cine musical.

Dos años más tarde, el cineasta brasileño Wolney Oliveira lo escogió como protagonista de su película El cayo de la muerte. En dicha trama, un joven veinteañero sueña con ser director de cine y llegar a Hollywood. Pero su padre, perseguido político en 1958, se ve obligado a abandonar La Habana junto a la familia, lo cual parece dar al traste con las aspiraciones del muchacho. Sin embargo, en el pueblito donde se refugian encontrará un grupo de cineastas aficionados y podrá filmar su primera película.

A su vez, otro graduado de la EICTV, Alejandro Brugués, acude al protagonismo de Caleb para su primer largometraje de ficción: Personal belongings, realizado en 2005 en calidad de producción independiente cubano-boliviana.

También la versión fílmica de Chamaco, realizada por Juan Carlos Cremata en 2009 a partir de la puesta en escena de Carlos Celdrán, proporcionó a Casas otra ocasión para sobresalir al asumirel complejo rol protagónico delineado en su pieza teatral homónima por el dramaturgo Abel González Melo.

Alejandro Gil contó con él, de igual manera, al frente del reparto de su segundo largometraje de ficción, La emboscada, que dirigió en 2013. Por este trabajo, Caleb Casas recibió el primero de sus tres premios Adolfo Llauradó, que otorga la Asociación Hermanos Saíz, por su caracterización de uno de los cuatro soldados sobrevivientes y en medio de una situación límite en la cual afloran sus frustraciones, desesperanzas e ilusiones.

Así, y consciente de que con su madurez interpretativa podía otorgar fuerza a un personaje secundario, el de Federico Capdevila, Alejandro Gil se lo asigna en su resonante filme Inocencia. Entonces, en la única escena en la que interviene como defensor de los ocho estudiantes de medicina acusados injustamente por las autoridades coloniales españolas, Caleb evidencia el sólido talento que le ha posicionado en un lugar cimero de la actuación en Cuba.

Su más reciente incursión en el cine es en otro papel protagónico, esta vez en Nido de mantis, realizada por Arturo Sotto en 2018. En este drama, él es uno de los vértices de un triángulo pasional entre dos hombres y una mujer en un pequeño batey azucarero, origen de una auténtica odisea emocional, una historia de amor que se prolongó por más de 40 años. Por esa labor, el jurado del premio Caricato de la UNEAC le otorgó el galardón a la mejor actuación masculina.

Por otra parte, en su sección “Banda sonora”, De cierta manera se acercará a la producción fílmica nacional sobre la música cubana con un clásico: Sobre Luis Gómez, realizado en 1965 por el relevante cineasta Bernabé Hernández.

Al respecto, señala Jorge Luis Sánchez en su interesantísimo libro Romper la tensión del arco: movimiento cubano del cine documental, publicado por Ediciones ICAIC, que Sobre Luis Gómez fue el primero de los documentales con un asunto centrado en un único sujeto, un intérprete de música campesina, género que es, por cierto, el gran ausente en Nosotros, la música, de Rogelio París.

No obstante, si algo supo extraer Hernández a este antecesor fue la manera de abordar y desbrozar la imagen de un cantante bohemio, sin trabajo, un total desconocido, como era Luis Gómez en 1965, a quien Bernabé conoce gracias al infatigable Samuel Feijóo.

Gracias a una alianza entre el Canal Educativo y el ICAIC, De cierta manera llega a usted cada jueves a las 9:00 p.m.