Panel Padrón

Nunca será la retirada

Lun, 12/07/2020

El desarrollo de un cine con carácter nacionalista, que exaltaba los valores patrióticos y humanizaba a sus protagonistas, tuvo en Elpidio Valdés, del desaparecido y siempre querido caricaturista Juan Padrón, uno de sus máximos exponentes. Por ello la primera “dosis” del 42 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano (FINCL) no podía celebrarse sin un coloquio tributo a Juan Padrón.

En dicho evento teórico, efectuado este lunes 7 de diciembre en la sala Saúl Yelín de la Casa del Festival, estuvo presente la “mamá” de Elpidio y viuda de Juan, Berta Durán, así como el profesor del Instituto Superior de Arte, Mario Masvidal, quien se encargó de “animar” a los miembros de un prestigioso panel.

Y es que para la mesa se convocó al escritor y cineasta Raydel Araoz; al productor cinematográfico de Animados ICAIC Aramís Acosta; al crítico de arte AntonioEnrique González Rojas; a la coordinadora de medios del Festival, Mayté Madruga; y al periodista de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, Ramón Cabrera Figueredo.

La imagen del mambí en el cine de Juan

Sobre el modelo visual de representación del mambí conversó Araoz, quien destacó las formas elocutivas del diálogo y los abundantes y distintivos elementos sonoros presentes en Elpidio Valdés.

“Elpidio nació con el auge del llamado cine histórico y contribuyó, fuertemente, con este”, afirmó el escritor.

Además, supo romper estereotipos en relación con los aliados y enemigos, humanizar a nuestros próceres y nutrirse de géneros tales como el spaghetti western y las cintas de samuráis.

“Pero los aportes de Padrón exceden el imaginario cinematográfico, pues sus personajes se volvieron verdaderos iconos culturales”, aseguró.

Lo bueno si es breve…

Antes de referirse a los cortometrajes de Elpidio Valdés, Aramís Acosta contó que el padre de este “pillo manigüero" ingresó al ICAIC con 26 años, o sea, muy joven. Pero ya de adolescente se interesaba por la animación y contaba con una formación y una “chispa” que muy pocos tenían entonces.

Asimismo, “Juan Padrón utilizó todas las herramientas (conocimientos) que tenía para la concepción de este personaje animado tan querido por el pueblo cubano”, apuntó.

Y ello se nota, por ejemplo, en el corto Elpidio Valdés contra el tren militar, producción que fue estrenada en 1974 y, desde ese momento, adquirió el “sello de la aceptación popular”.

Esto se debe en gran medida, según Acosta, a la música de Silvio Rodríguez, la voz del reconocido actor Frank González, los constantes absurdos, las frases simpatiquísimas y los escenarios que rodeaban al mambí en sus divertidas y didácticas aventuras.

De hecho, “existen evidencias de que muchos niños aprobaron sus exámenes de Historia de Cuba gracias a Elpidio”, confesó.

Trilogía con un triste final

A partir de las primeras historietas de Elpidio ―sus preferidas― se preparó González Rojas para el coloquio en cuestión, un tributo también a Paco Prats y a las seis décadas de animación en Cuba.

Sobre la poética de la Revolución y el gran sendero evolutivo que se percibe en los animados del mambí debatió el periodista y crítico.

¡María Silvia, cará'!

El personaje de María Silvia nació cuando Juan les preguntó a las niñas cómo se imaginaban a la novia de Elpidio. Esta fue su génesis de acuerdo con Mayté Madruga.

No obstante, “esta mujer que se rescataba sola posee ideas y una trama propia dentro de la popular saga animada cubana”, apuntó.

Asimismo, María Silvia aportó equidad, sororidad ―entre ella y la pequeña Eutelia―, agilidad mental, al igual que ayudó a romper la masculinidad hegemónica imperante y fomentar el romanticismo.

Historias de minutos,pero bien contadas

Al comenzar su intervención, Cabrera Figueredo, también vicepresidente de apreciación de la Federación Nacional de Cineclubes de Cuba dijo: “Intentaré ser lo más corto posible para así hacerle honor a los filminutos”.

Y es que son tantas y tan variadas estas historias que resumirlas resulta algo complejo.

Sin embargo, dicho periodista ve estos animados como un “ejercicio hilarante del intelecto, lleno de secretos parlantes, chistes, bromas y pullas”.

(Foto: Rubén Ricardo Infante)