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No todos los ruidos provocan la muerte
Los reencuentros, las búsquedas y la aventura marcan la trama de Un lugar tranquilo 2 (John Krasinski, 2021), cinta estadounidense de estreno televisada el pasado fin de semana en La película del sábado.
Parte de la saga que aboga por los silencios, este filme se desarrolla más allá de la lucha por la supervivencia, y lo interesante es que son los personajes más jóvenes quienes protagonizan los sucesos más relevantes: averiguar la existencia o no de una isla paradisiaca y convertirse en el relevo de quienes hasta el momento han actuado como sus protectores.
En Un lugar tranquilo 2 nos topamos nuevamente con niebla, desolación, monstruos devoradores de humanos y oscuridad; pero a todos estos recursos propiciadores de elevar la tensión dentro del filme debe agregarse la esperanza, esa que sugiere ir más allá de lo que se percibe a simple vista y obliga a buscar lejos de lo que se ve.
En otros largos del género, que abordan el tema apocalíptico, los personajes igual luchan por encontrar esos espacios de seguridad, donde se llega a la calma y a un estado de normalidad aparente ante la crisis generada por el caos. Pocos supervivientes consiguen atravesar las más disimiles dificultades y hallar ese destino final. Sin embargo, el encuentro de la isla, en esta cinta, no se convierte en motivo total de júbilo.
Antes de proseguir hacia ese final que anuncia mucho más, no debe obviarse, por la importancia que presenta, la entrada de un nuevo personaje en la secuela, interpretado por Cillian Murphy, quien propiciará dinamismo y equilibrio a la narración. De igual manera, nuevamente veremos en la pantalla a Emily Blunt, Noah Jupe y Millicent Simmonds, enfrentados a los fenómenos invasores de la Tierra e inmersos en las diversas situaciones que a cada uno se les presenta.
Ahora, retomando ese final que nos deja en suspenso y avizora una posible tercera parte que solo Krasinski podrá o no confirmar en el futuro, resulta alentador la revelación de un posible método de exterminio: no todos los ruidos provocan la muerte y algunos, incluso, marcan un nuevo comienzo.