Héctor García Mesa

La Cinemateca. Sus funciones

Sáb, 02/01/2020

Había que garantizar, de algún modo, la conservación y divulgación de las grandes obras del arte cinematográfico, y así es que fueron surgiendo las primeras cinematecas, o archivos de films, desde hace más de veinte años. Por fin, en 1938, se fundó en París la Federación Internacional de los Archivos de Films (FIAF).

Aunque la Federación tuvo que detener sus labores durante la Segunda Guerra Mundial, gracias a sus gestiones pudieron salvarse de la destrucción millares de films. La FIAF reanudó sus actividades en 1946 como centro de información y de comunicación entre todos sus miembros, y desde entonces viene facilitando el conocimiento y el intercambio internacional de materiales de cine de arte, a la vez que contribuye al desarrollo y la creación de nuevas cinematecas en los países donde no existen.

La función de toda cinemateca consiste, en primer lugar, en focalizar y conseguir copias de todos los films, positivos y de duplicación, que se han producido en su país, y todo el material de referencia que exista sobre dichos films y sus realizadores: fotos, programas, carteles o folletos publicitarios, libros, revistas, críticas, ensayos; lo mismo que curiosos equipos utilizados en el pasado: en fin, cuanto material pueda servir de referencia para el estudio y apreciación de la historia del cine nacional y mundial. Todo este material deberá ser revisado, reparado cuando sea requerido, clasificado y archivado ordenadamente. En el caso de las películas, estas deberán ser depositadas en bóvedas de seguridad construidas especialmente para estos fines, de modo que reúnan las condiciones idóneas de temperatura y humedad para su buena conservación.

Las películas viejas filmadas en material de nitrato, muy inflamables y de pronta descomposición, deberán ser sometidas a un tratamiento especial y copiadas en material de acetato, o triacetato (esta fórmula fue inventada en 1952) para asegurar la conservación indefinida de los films, previsto que sean revisados periódicamente.

Esta labor de búsqueda de tantos materiales, que generalmente se hallan dispersos en cada país en las condiciones más precarias; su clasificación y archivo adecuado, y más que nada los trabajos de laboratorio que deberán realizarse para corregir los defectos, sacar copias de duplicación cuando estas se hayan perdido, y en un mínimo recomendable de dos copias positivas (una para su exhibición y otra para mantenerse intacta en los depósitos) supone una tarea enorme e incalculablemente costosa que generalmente rebasa las posibilidades de las cinematecas que no cuentan con el respaldo moral y financiero de los gobiernos de sus respectivos países.

Una cinemateca bien equipada, además de contar con colecciones completas de los filmes de producción nacional, debe tratar de conseguir colecciones de los clásicos de cada época de todas las cinematografías extranjeras, a través de las negociaciones e intercambios con sus colegas, y de acuerdo con las facilidades que ofrece la Federación de Archivos del Film.

Y es ahora que arribamos en realidad a la razón suprema de toda cinemateca. Los films no deben ser condenados al encierro en las celdas refrigeradas: un film se hace para que sea visto. Las cinematecas deben preparar exhibiciones especiales de sus películas, preferiblemente en forma de ciclos, que podrán ser dedicados a la producción en general de un país determinado, o de un período histórico, de una corriente estética, de un director destacado, un actor de talentos particulares, y así se pueden agrupar los filmes en tantas series como se estime que puedan resultar de interés. Como muchas veces se presentan films de épocas pasadas, en que las técnicas y estilos, y aún los asuntos planteados difieren de los actuales, es recomendable que conjuntamente con la exhibición de las películas se facilite al público información suficiente que le sirva de guía para la mejor comprensión de dichos filmes y su significación dentro de la historia del cine.

La Cinemateca de Cuba

Pero los proyectos de la Cinemateca de Cuba son todavía más ambiciosos. Un país como el nuestro en que se realizan profundas transformaciones sociales presenta oportunidades poco comunes para el cine. El Año de la Educación, con su ingente tarea de erradicar para siempre el analfabetismo de nuestros campos y ciudades, y la creciente movilización de nuestros jóvenes en pos de la educación progresiva del pueblo preparan las condiciones ideales para el funcionamiento más cabal y positivo del cine.

En muy breve plazo, una vez coordinadas las necesidades de distribución y control del trabajo, ahora en vías de solución, la Cinemateca de Cuba, en colaboración con la Sección de Cine Clubs y Unidades Móviles del ICAIC, lanzará hacia las seis provincias del país flotillas de unidades móviles completamente equipadas con proyectores y accesorios de 16mm, que llevarán especialmente a las masas campesinas y obreras películas educativas sobre agricultura, industria, sanidad, deportes, filmes científicos, artísticos y culturales en general, y en particular aquellos que se refieren a la historia, la transformación y el desarrollo social de Cuba.

Los filmes científicos y didácticos llevarán a nuestro pueblo los adelantos alcanzados por la ciencia y la técnica modernas para el bienestar del hombre, mientras que los filmes artísticos y culturales les mostrarán los modos de vida y la capacidad creadora de otros pueblos.

En La Habana, al mismo tiempo, la sala cinematográfica ICAIC, enclavada en el edificio del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, será dedicada exclusivamente a las proyecciones especiales preparadas por la Cinemateca de Cuba para sus miembros.

El primer ciclo consistirá en una serie de clásicos del cine soviético de los años 1920, 30 y 40, que permitirá al público relacionarse, por primera vez, con importantes obras de realizadores de tanta fama como Einsenstein, Pudovkin, Turin, Dzigan, Alexandrov, Romm, Donskoi, Trauberg, los hermanos Vasiliev, Dovchenko y otros de pareja significación. La Cinemateca de Cuba ha querido comenzar sus actividades con este ciclo, que es una doble lección de buena cinematografía y de historia, en homenaje al talento artístico, al heroísmo y generosidad del amigo pueblo soviético, y en reconocimiento de la ayuda que nuestra Cinemateca ha recibido de su colega Gosfilmofond (Cinemateca Soviética), a que debemos los films que serán presentados en esta serie.

Igualmente se encuentran ya en tramitación otros ciclos retrospectivos sobre la historia del cine checoslovaco, alemán, francés, italiano, por solo mencionar los más inmediatos, y lo que resulta de particular interés, una retrospectiva de la historia del cine mundial que el Servicio de Films de la FIAF pondrá a la disposición de la Cinemateca de Cuba tan pronto como esta serie haya sido completada y esté en condiciones de circular entre sus miembros.

Como complemento de los ciclos básicos retrospectivos que serán ofrecidos al público en funciones repetidas de jueves a domingos, la Cinemateca de Cuba presentará simultáneamente, los martes y miércoles, pequeñas series dedicadas a aspectos particulares de la producción fílmica mundial, como serán los ciclos de cortometrajes de diversas categorías: documentales científicos, artísticos, sociales; cortos experimentales, de dibujo animado, de marionetas; estudios especiales sobre el teatro, la danza o la literatura en el cine; grandes intérpretes y realizadores, como Gérarde Philipe, Chaplin, etc.

Además, los domingos en las primeras horas de lamañana y de la tarde serán ofrecidos programas especiales para los niños, con películas de corto y largometraje.

Tan pronto como las condiciones lo recomienden, estos ciclos serán llevados a las principales ciudades de la Isla, confeccionados de acuerdo con las necesidades y demandas particulares de cada región. La Sección de Cine Clubs de la Cinemateca de Cuba, que desde hace algunos meses viene prestando servicios a diversas instituciones cívicas y educacionales en la ciudad de La Habana y en algunos lugares del interior, muy pronto verá incrementada su existencia de copias de films de 16 mm, con nuevos y diversos materiales ordenados al extranjero.

Por otra parte, sus actividades se verán multiplicadas al iniciarse próximamente, con el recibo de los mencionados nuevos materiales, un nuevo plan de exhibiciones periódicas en los parques públicos, anfiteatros, círculos sociales, sindicatos y centros de enseñanza.

Podemos decir, a manera de conclusión, que el panorama cinematográfico en Cuba se transforma radicalmente. La Cinemateca y la Sección de Cine Clubs se encargarán de traer al país, y de divulgar ampliamente, las obras maestras del cine de todos los tiempos, así como de aquellos materiales informativos y didácticos que hasta ahora nos habían sido vedados. El complemento de estas actividades especializadas será paradójicamente la exhibición comercial, cuyo objetivo principal, por primera vez en Cuba, consiste en tratar de ofrecer al público films de positivos valores artísticos e ideológicos.

Llamado

Con el objetivo de que este empeño de nuestro Gobierno Revolucionario pueda alcanzar y sobrepasar las metas fijadas, en beneficio del desarrollo cultural del pueblo, se solicita de todas las personas que se interesen por las actividades cinematográficas y culturales en general que comuniquen a la Cinemateca de Cuba la existencia de cualesquiera materiales fílmicos que se encuentren en el país, tales como películas de corto o largometraje, ya sea de producción nacional o extranjera y de cualquier época, sin reparar en su estado de conservación, así como de la existencia de fotos, carteles publicitarios, libros o revistas de cine y viejos aparatos de filmación o de proyección.

Esta colaboración, que se concretará después directamente de mutuo acuerdo con las partes interesadas, resultará de inapreciable valor para la formación de los Archivos y del Museo del Cine de la Cinemateca y se traducirá en el mejor servicio de información que podremos prestar a cuantas personas e instituciones se interesen por estas cuestiones.