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Jirí Trnka: stop motion, estilo checo
Nacido en Pilsen, actual República Checa, el 24 de febrero de 1912, Jirí Trnka fue ilustrador, escenógrafo y director de películas de animación. Además de su extensa carrera como ilustrador, especialmente de libros infantiles, es conocido sobre todo por su trabajo en la animación con marionetas, que inició en 1946.
En el transcurso de su carrera dirigió más de veinte películas, entre ellas seis largometrajes, que consagraron lo que luego se denominó como “estilo checo” de animación. La mayoría de sus películas estaba dirigida al público adulto, y muchas eran adaptaciones de obras literarias, de autores checos o extranjeros. Por su singular relevancia fue llamado “el Walt Disney de la Europa del este”, a pesar de las grandes diferencias existentes entre su trabajo y el del célebre animador estadounidense.
Trnka experimentó con diferentes técnicas de animación, desde los dibujos animados tradicionales, en sus primeros cortos, hasta la animación con sombras chinescas. Sin embargo, su procedimiento preferido, y el que le dio fama mundial, fue la animación llamada stop motion con marionetas.
Apasionado por las marionetas desde su infancia, formó su propio teatro de marionetas en 1936 y años después fundó un verdadero estudio de animación. Comenzó su actividad allí realizando algunos cortometrajes de dibujos animados en celuloide. Pero a pesar del innegable valor de estas primeras películas, y el reconocimiento internacional, no se sentía cómodo con la animación tradicional, que según su opinión le impedía expresar libremente su creatividad. Y en el otoño de 1946 se planteó por primera vez realizar películas de animación con marionetas.
El resultado fue su primer largometraje, El año checo (1947), compuesto por seis cortometrajes, al que siguió El ruiseñor del emperador (1949), basado en un cuento de Hans Christian Andersen, que obtuvo numerosos premios en festivales internacionales de Europa y América.
Al año siguiente, Trnka produjo su tercer largometraje de marionetas, El príncipe Bayaya (1950), y en 1953 estrenó Antiguas leyendas checas (1953), su cuarta película de larga duración. Como su primer largometraje, está estructurada en varios episodios que narran la historia legendaria del pueblo checo.
En esa línea de explorar los clásicos de la literatura de su país, Trnka afrontó en 1955 el reto de adaptar a la pantalla una obra inmensamente popular, la sátira antibelicista El buen soldado Švejk, con interesantes resultados, y cuatro años más tarde rodaría su último largometraje, El sueño de una noche de verano (1959), adaptación de una de las obras más célebres de William Shakespeare. Aunque no se libró de algunas críticas, obtuvo un resonante éxito internacional y es reconocida como una de las obras maestras de Trnka, quien falleció en Praga el 30 de diciembre de 1969.
En el cincuentenario de su deceso, la Cinemateca de Cuba honra al gran artista con la presentación de algunos de sus trabajos.
(Tomado de Cartelera Cine y Video, nro. 170)