Sylvia

“Sylvia”: del verso a la tragedia

Mar, 08/10/2021

Recientemente uno de los varios multicines que propone el canal Multivisión nos acercó al mundo de una de las voces más importantes de la poesía angloamericana del pasado siglo, sobre todo dentro de la vertiente nombrada “confesacional”: Sylvia Plath (1932, Boston, Estados Unidos-1963, Londres, Reino Unido), mediante la biopic que en torno a su breve y tormentosa vida realizó Christine Jeffs: Sylvia (Gran Bretaña, 2003).

Flechada desde muy joven por su colega Ted Hughes cuando ya este la aventajaba en el éxito literario, se enamoraron, casaron y tuvieron dos hijos moviéndose entre Londres y Boston, pero llevaron una relación que, aunque con momentos felices e intensos, conoció rivalidades profesionales y se fue deteriorando, sobre todo, debido a  los celos justificados de ella ante las frecuentes infidelidades de él, lo que desembocó en el suicidio de quien ya lo había intentado en su adolescencia más de una vez, destino que la emparienta con otra grande de las letras estadounidenses, su colega Virginia Woolf (1882- 1941 ).

Conocida sobre todo por sus poemarios El coloso y Ariel y su novela semiautobiográfica La campana de cristal, publicada bajo el seudónimo de Victoria Lucas cuatro meses antes de su suicidio, la Plath alcanzó celebridad especialmente tras su deceso, gracias a uno de los principales causantes de este: Ted Hughes, quien después de su muerte se encargó de editar su poesía completa que le granjeó en 1982 un Premio Pulitzer póstumo.

La mirada de la directora, apoyada en el guion de John Brownlow, focaliza los trastornos y contradicciones de la escritora como intelectual, pero, sobre todo, como mujer frágil, dependiente e insegura. No es muy explícita en algo que hubiera sido pertinente: un mayor abordaje de los diálogos y (des)encuentros de la pareja, casi siempre reflejados en momentos clímax pero sin profundizar en ellos.

Para algunos estudiosos, Sylvia padecía una bipolaridad que podía haber mejorado de haberse sometido al tratamiento correcto, y realmente sus acciones y personalidad apuntan a ello, pero Jeffs no se aventura en esto y solo se conforma con acercarnos a la vulnerabilidad del personaje.

Se queda uno con deseos de más, pues el mundo solitario y angustiado de la poeta debió motivar un diseño más riguroso y sólido, pero eso no impide que, como filme, Sylvia nos regale un trayecto elegante, de preci(o)sa reconstrucción epocal mediante la dirección de arte, o una fotografía que en expresivos claroscuros se suma al retrato de la biografiada y las circunstancias que la enmarcaron, además de armar un relato que, desde una narración aristotélica satisfactoriamente proyectada, envuelve al espectador de principio a fin.

Sobre todo hay que agradecer a Gwyneth Paltrow (Shakespeare in love) su caracterización matizada e inteligente de la protagonista, seguida por Daniel Craig (Ted) y el resto del elenco.

Filme hermoso y sensible, aunque pudo llevar más lejos su discurso, esperemos pueda repetirse en horarios más cómodos (lo programaron de madrugada) para que muchos interesados en la literatura conozcan a una de las poetas más finas y vehementes de la lírica universal.