La madre del blues

La imponente madre no solo del blues

Mar, 08/03/2021

El programa Clásicos del cine (canal Clave, viernes, 10:00 p.m.) transmitió recientemente el filme Ma Rainey's Black Bottom (La madre del blues, en español; Estados Unidos, 2020). Si bien resulta un tanto apresurado incluirla en la categoría que da título al espacio sobre cine musical, —podría cambiar el título a Cine musical, por ejemplo, lo cual le permitiría ampliar su radio— para lo cual la conductora cometió el dislate de calificarla como “clásico de culto contemporáneo”,de cualquier manera se agradece esta mirada a uno de los íconos del género en su país de origen durante los primeros años del siglo xx , cuando comenzaba a tomar fuerza esa modalidad jazzística después derivada a otras líneas como el rhythm & blues.

Gertrude Malissa Nix Pridgett Rainey (Georgia, 1882-1939), de nombre artístico Ma Rainey, no solo fue pionera del suave y desgarrador ritmo, sino en ser acompañada por piano y jazz band y en las luchas contra la segregación, la discriminación racial y las conquistas LGTBIQ: negra, bisexual, abiertamente lesbiana cuando finalmente se decantó por esa orientación sexual, hizo valer sus derechos con desafiante actitud que logró abrirse paso e imponerse apoyada en su indiscutible talento y su férrea personalidad.

Su vida inspiró al célebre dramaturgo, coterráneo suyo, August Wilson (Pensilvania-Washington, 1945-2005) , doble premio Pulitzer por la serie teatral Pittsburgh Cycle que durante diez piezas abarca sendas etapas de la comunidad afroamericana en el siglo xx de la que forma parte justamente MaRainey's…y focaliza un episodio en la vida de la gran cantante, esa que fue justamente apodada The Mother of the Blues: la grabación de un grupo de piezas en un estudio de la época, regido por un empresario blanco, lo cual permitió al dramaturgo discursar sobre la manera en que la raza dominante explotaba a los negros. De ahí que la artista llegara a ser intratable, caprichosa e incluso grosera para asentar su valía y la de los suyos, como expresa en diálogo con uno de sus músicos en un descanso.

Pero la pieza es mucho más. Se estructura sobre la base de dos momentos y grupos: la de los integrantes de la banda acompañante: varias generaciones de afrodescendientes con puntos de vista diferentes sobre el jazz, la religión, la vida y entre quienes descuella el joven trompetistaLeeve, de triste pasado personal, una concepción renovadora sobre la música, y tanto ímpetu y autoestima como la propia Ma, pero sin su alcance e influencia justamente por ser apenas un principiante, de ahí que fracase tanto en el trato con el empresario y dueño del estudio como en la lucha con la cantante para imponer sus nuevas y vanguardistas concepciones orquestales.

Aunque ella centraliza, es este joven desde el punto de vista actancial y dramatúrgico el verdadero protagonista del episodio, es también detonante del clímax , los puntos de giro dramáticos y el trágico desenlace de la obra.

Al enfrentarse a la pieza teatral, el director escénico (curtido nada menos que en Broadway), cineasta y actor George C. Wolfe (Noches de tormenta, The Inmortal Life of Henrietta Lacks…) ha logrado ante todo una ambientación rigurosa de Chicago en 1927, para lo cual se apoyó en una eficaz dirección de arte, dentro de la cual descuellan justamente los rubros que, en lasnominaciones que tuvo el filme para el premio Óscar, lo obtuvieron: vestuario (la famosa Ann Roth) y maquillaje/peluquería (Sergio López-Rivera, Mia Neal y Jamika Wilson).

No disimula la fuerte impronta teatral de su filme, estrenado en Netflix, al punto de que no es el empaque visual ni la dinámica propia del séptimo arte el fuerte de su texto cinematográfico, sin embargo, este logra aprehender y trasmitir toda la fuerza dialógica, la solidez en el diseño de caracteres y la espesura conceptual y ontológica del drama escénico, algo que debemos en buena medida al guionista Rubén Santiago-Hudson.

El montaje de Tobías A. Schliessler resulta otro mérito, al empalmar con eficacia los dos planos narrativos en que se mueve la diégesis, mientras la música de esa otra leyenda del jazz que es BranfordMarsalis complementa a la perfección las piezas originales del repertorio de la cantante.

Pero, sin dudas, las perlas de la cinta radican en los respectivos desempeños ―último en su carrera, a propósito― del recientemente desaparecido Chadwick Boseman (Black Panther), quien fuera nominado póstumamente a los premios de la Academia, y de la gran Viola Davis (Viudas, Escuadrón suicida), que hacen que La madre del blues valga la pena.

El actor se luce en abruptas transiciones que incluyen lo lúdico, lo trágico, lo irónico, con una ductilidad y un savoir faire inolvidables. Davis consigue uno de sus brillantes trabajos al aportar visceralidad, convicción y energía a su imponente estrella negra. No quedan detrás sus colegas de reparto, quienes dan vida a importantes personajes, aun secundarios.

Coproducida por la propia Viola, junto a su colega Denzel Washintong1, La madre del blues, pese a su teatralidad y poco brillo en cuanto a visualidad cinematográfica, significa uno de esos relatos que reivindican las luchas por los derechos de la comunidad negra, que además reverencian a grandes figuras del jazz, en este caso una de sus leyendas: Ma Rainey, en efecto, madre del blues, pero también de las luchas por hacer valer los valores de su raza y los derechos de la comunidad LGTBIQ.

 

Nota:

1 Con la propia Viola Davis, quien obtuvo el Óscar a la mejor actriz de reparto, el actor/director llevó a la pantalla en 2016, del mismo autor (quien esta vez fue también guionista) y de esta serie teatral a la que pertenece Ma Rainey's…, el filme Fences, en el que él también actuó.