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Los superhéroes de Marvel en sus narrativas sociales
“La naturaleza humana no cambia. Cambia el ambiente. Lo que pasa es que el mundo cambia a un ritmo frenético, y las reglas cambian cada vez que parpadeamos. No hay diferencias entre nosotros. Todos deseamos las mismas cosas en la vida: cierta seguridad, algo de diversión, algo de romance, amistad y respeto de nuestros contemporáneos (…). ¿Por qué no dejamos de perder el tiempo odiando al otro? Mírese al espejo, señor. El otro es usted”.
Stan Lee
Para abreviar la historia de sus orígenes, partamos de lo siguiente: con sede en 135 W. 50th Street, planta séptima en Nueva York, Estados Unidos, la empresa Marvel surgió en 1939 gracias, entre otros, a la figura del para entonces joven empresario y editor Martin Goodman. Empezó llamándose Timely Publications, hasta que en los años 70 la compañía devino una de las principales editoriales de cómics del país.
En su afán multinacional, Walt Disney compró en 2009 Marvel Entertainment por 4000 millones de dólares. Más que el Capitán Marvel, existen varias referencias (Marvel Comics, Marvel Entertainment, Marvel Studios y Familia Marvel) y cada una responde a las otras creando el Universo Marvel.
Hace casi diez años, el crítico Daniel Céspedes en una de sus primeras críticas (“Batman, sospechoso hasta el final”), al escribir por encargo para la Revista Cine Cubano sobre la segunda entrega de la trilogía de Batman de Christopher Nolan: The Dark Knight (2008), señaló la controversia sutil y explícita que el personaje de Bruce Wayne le planteaba a su invención Batman. Era un choque psicológico producto de una crisis y un escepticismo entre “el otro yo” y la personalidad “original”. ¿Wayne no quería ser Batman?
Pasado el tiempo de aquel texto, es significativo escuchar a Joe Quesada, exvicepresidente y director creativo de Marvel, decir en el documental Marvel: detrás de la máscara (Michael Jacobs, 2021): “(…) El alter ego es la parte más importante del superhéroe”. Aunque Céspedes escribiría hoy un texto totalmente diferente, no creo variara la esencia de sus planteamientos acerca de ese héroe popular del rango de Superman o Spiderman, pero sin sus superpoderes.
A propósito, en el documental se admite también una interpretación que no es nueva, si bien continúa sorprendiendo: “Batman se convierte en Batman y, con el correr de su vida, usa a Bruce Wayne para apoyar la actividad de Batman. Bruce Wayne es la máscara. Batman es el personaje real”.
Producido por Chris Gary y Ryan Simon, el documental revela cómo en el surgimiento de muchos superhéroes se implican siempre arte y sociedad y antes, necesidad e identificación. La ficción afecta tanto a la realidad que esta última se deja penetrar por una suerte de pacto leal, pues la historia viene reafirmando la repercusión (est)ética/existencial de los superhéroes, así como su indiscutible pujanza ideológica. No en balde uno de los entrevistados, el académico de medios de comunicación Henry Jenkins, recuerda: “Invariablemente, el superhéroe nos ha ofrecido un lenguaje para pensar las identidades, en plano personal, cívico y político”.
El ser humano que desempeña más de un papel en la sociedad, cómo se inserta en las relaciones con los demás (familia, amigos y contrarios), a quién decide servir cuando interpreta al protagonista público y al mismo tiempo oculto, el empleo de la máscara y las razones extraestéticas de la dualidad, la conjunción de desiguales metáforas, el por qué gustan y aun así se espera más de ellos, la explosión Marvel (1968-1977) con Stan Lee en su rol principal de guionista, editor literario y artístico, las resonancias de T'Challa como Pantera negra, los perfiles genéricos y la sexualidad, los héroes y heroínas Marvel influyen en las aspiraciones de hacer y ser de una mayoría. Es una mezcla de asentimiento con realismo que aúna al artista con los partidarios de su creación.
Marvel: detrás de la máscara invita a recorrer la evolución de sus personajes y un conjunto que sobrepasa el hecho de ser subsidiaria de The Walt Disney Company; reconoce en un paralelo relato histórico las experiencias difíciles pero decisivas de sus autores.