La incapacidad de reconstruir lo perdido

Este viernes en La séptima puerta seremos testigos de cómo las vidas de un par de parejas sufrirán un giro irreparable cuando dos de ellos deciden desatar sus pasiones. Esta, a grandes rasgos, es la historia del drama romántico danés Reconstrucción de un amor (2003), primer largo del realizador Christoffer Boe, con el que recibió el premio la Cámara de Oro, del Festival de Cannes.

Quizás la común historia de infidelidad que nos plantea el filme desde un inicio haga dudar sobre la novedad que propone su autor. Reconstrucción…, sin embargo, da un giro en su narración y ofrece un relato distinto sobre las consecuencias de la infidelidad.   

La cinta cuenta con la presencia de personajes, construidos e interpretados, para convencer dramáticamente. La identificación que llega a establecerse con los mismos se sustenta por el efecto hipnótico que provoca el amor de la pareja, junto a las absurdas justificaciones que rodean su relación. 

Todos estos elementos aparecen sazonados por el efecto intriga que aumenta el interés en el desarrollo de la situaciones que rodean a sus protagonistas, interpretados por Nikolaj Lie Kaas, Krister Henriksson y Maria Bonnevie. 

La película propone la construcción de otra realidad, ante el deseo de cambiar la existente. Del mismo modo, quizás, juega con la incapacidad de reconstruir lo perdido.