Dream Scenario

Freddy Krueger estudia entomología

Mié, 02/21/2024

En el largometraje Dream Scenario (2023), debut hollywodense del director noruego Kristoffer Borgli, este revierte su usual concepción de personajes, aunque mantiene intacta la obsesión con el imperioso y desesperado deseo que desvela a gran parte de la humanidad: ser notado, ser famoso a toda costa. Manía sempiterna de la especie que en la contemporaneidad digital se ha visto expandida hasta límites nunca antes vistos, alimentada con poderosísimas y falsas esperanzas.

En películas previas a Dream Scenario, los protagonistas de Borgli son antihéroes anónimos y ansiosos que intentan comunicar su presencia al mundo ya sea publicando videos de danza e instructivos para fabricar drogas caseras —Whateverest, 2012—, o fingiendo peleas callejeras —Drib, 2017—, o enfermándose hasta la desfiguración para curar el anonimato crónico —Enferma de mí (Syk Pike), 2022. Pero en esta nueva producción de A24, el “héroe” que interpreta Nicholas Cage es un sujeto que si bien desea descollar legítimamente en su campo como experto en hormigas, se ve catapultado a la fama instantánea por un motivo tan surrealista como baladí.

Paul Matthews (Cage) es un profesor universitario de Entomología que disfruta de una vida tranquila, monótona y anónima, matizada pero no trastornada por la inconformidad intelectual de no triunfar en el ámbito académico como descubridor de algo inédito. De repente, comienza a aparecer en los sueños de todos, como si un Magritte onírico reprodujera su figura anodina en los lienzos mentales de toda la humanidad.
Repentinamente, todos los caminos del planeta conducen a Matthews. Como si se cumpliera el deseo que el frustrado escritorzuelo Kilgore Trout —personaje preeminente de varias novelas de Kurt Vonnegut Jr. y su alter ego— plasmó en un cuento sobre un hombrecillo a quien se le revelaba que todo el universo fue creado solo para él.

Matthews es una involuntaria constante de los sueños humanos, sin pedirlo ni merecerlo. De ahí su naturaleza de antípoda respecto a los otros antihéroes documentados (el Dr. Norse de Whateverest y el artista Amir Asgharnejad de Drib) o creados (la Signe de Enferma de mí, interpretada por Kristine Kujath Thorp) por Borgli. Mathews se convierte en un influencer, en una celebridad vacua, una nada popular, una burbuja tapizada de lentejuelas. De patrimonio privado pasa a ser propiedad social, y ya se sabe que “lo que es de todos, no es de nadie”.

El viejo profesor es triturado por las masas, que se deleitan lo mismo con una coronación que con un guillotinamiento. Después de unas cuantas noches, deviene un renuente, un ídolo de cartón como los hay millones. Su privacidad es puesta en subasta pública, su cuerpo es fragmentado en innúmeras porciones.
Los medios de comunicación contemporáneos son otra de las obsesiones del director noruego, otro eje discursivo que, además de los títulos mencionados, plasma en su breve cortometraje Eer (2021), sobre la sobresaturación de las celebérrimas fake news.

Dream Scenario vuelve a apuntar sus dardos críticos al corazón de este territorio, aunque para dialogar con las audiencias moduladas a imagen y semejanza de Hollywood vea minimizada apreciablemente la acritud desplegada a gusto por Borgli en su filmografía noruega, pletórica de un humor deliciosamente cruel que parece inspirado por Todd Solondz y Ulrich Seidl. Incluso Enferma de mí parece beber directamente del body horror de David y Brandon Cronenberg.

Para que su boleto a la industria estadounidense sea solo de ida, hubo de amellar un poco el filo de su mirada, sin dejar de construir un relato tan sardónico como puede considerarse El ladrón de orquídeas (Adaptation, Spike Jonze, 2002) o Mamá y papá (Mom and Dad, Brian Taylor, 2017), para solo mencionar dos de las más interesantes interpretaciones de Cage.

Dream Scenario roza los límites permitidos sin romperlos. Consigue ser bastante consecuente con el discurso y las ideas nada optimistas (mucho menos esperanzadas) del realizador sobre la sociedad contemporánea. Consigue al menos emular con la satírica Caída en picada (Nosedive, Joe Wright, 2016), una de las mejores y más apocalípticas entregas de la serie Black Mirror, y lanzar un buen grito que nadie escuchará en medio del fandango de los influencers.

(Tomado de Cartelera Cine y Video, nro. 219)