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Clásico del cine cubano integra muestra del festival de Venecia
El rotundo éxito de la primera edición de Clásicos Fuera de Muestra, del festival de cine de Venecia, ha suscitado una segunda edición que se inaugura en el Teatro Piccolo Arsenale este 4 de agosto, para la cual han sido seleccionados trece largometrajes recientemente restaurados de gran significación en el devenir del séptimo arte.
Entre estos figura La última cena (1976), de Tomás Gutiérrez Alea, restaurado a través de la Cinemateca de Cuba gracias a un convenio suscrito por el ICAIC con el archivo de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Los Ángeles. Esa copia definitiva de una obra maestra del cine iberoamericano —que tuvo su premier mundial en el 72.o festival de Venecia en 2019— está programada para el miércoles 18 de agosto.
Es una oportunidad excepcional, según Alberto Barbera, director del festival de Venecia y promotor de la muestra, que pone en contacto al público con la historia del cine a través de títulos que han marcado su evolución de diferentes maneras, pero con idéntica significación.
La selección, que se inicia con la exhibición de Seducida y abandonada (Sedotta e abbandonata, 1964), de Pietro Germi, incluye: Solo se vive una vez (You Only Live Once, 1937), de Fritz Lang; Crónica de un amor (Cronaca di un amore, 1950), de Michelangelo Antonioni; El hombre del carrito (Muhomatsu no issho, 1958), de Hiroshi Inagaki; Fin de temporada (Utószezon, 1966), de Zoltán Fabri; El círculo rojo (Le cercle rouge, 1970), de Jean-Pierre Melville; Serpico (1973), de Sidney Lumet; Claudine (1974), de John Berry; La joven (Den muso, 1975), de Souleymane Cissé; Pieza inconclusa para piano mecánico (Neokonchennaya pyesa dlya mekhanicheskogo pianino, 1977), de Nikita Mijalkov; La venganza es mía (Fukushu suru wa ware ni ari, 1979), de Shoei Imamura; y Buenos muchachos (Goodfellas, 1990), de Martin Scorsese.
La gran participación del público en la primera edición de Clásicos Fuera de Muestra, programada del 14 de julio al 30 de agosto del 2020 al aire libre en los jardines de la Bienal de Venecia, no obstante las limitaciones provocadas por la situación epidemiológica, incidió en la resonancia de esta propuesta recibida cálidamente, ante todo por la posibilidad de apreciar títulos seleccionados del apartado Venezia Classici.
En esa primera oportunidad, fueron exhibidos, además, en el Festival Il Cinema Ritrovato, que auspicia la Cineteca de Bologna, para cumplir con los protocolos de seguridad exigidos por la pandemia.