NOTICIA
Una práctica desde la resiliencia
A pesar de haber sido un 2020 convulso, el Proyecto Palomas se consolidó, nuevamente y desde la resiliencia, como Casa Productora para el Activismo Social. Prueba de ello los audiovisuales y las acciones que lograron realizar bajo condiciones extremas y en un corto periodo de tiempo.
En el caso específico de las producciones, Palomas tuvo el objetivo de reflexionar, desde una perspectiva de género, equidad e igualdad, sobre la realidad a la que nos enfrentamos en esos crudos inicios de la crisis sanitaria mundial. Sobre el tema conversó con Cubacine la realizadora Lizette Vila, directora del Proyecto:
“La crisis sanitaria generada por la pandemia de COVID 19 generó para nuestro equipo una práctica, desde la resiliencia, que nos permitió sostener nuestra obra creativa y de activismo, con una perspectiva de análisis en el imaginario social que abarca la vida concreta y espiritual en los espacios públicos y privados”.
Tales palabras se fundamentan con los tres audiovisuales realizados bajo el título de Fábrica de felicidad: “Producción de solidaridad”, “Producción de afectos” y “Producción de ternura”.
En estos cortos se visibiliza la intensificación de la desigualdad de género durante la situación epidemiológica, iniciativa desarrollada como un llamado a fomentar la igualdad durante el aislamiento social.
Marcos Herrera, uno de los más jóvenes integrantes de la Casa, asumió el guion y la narración de esas realizaciones. Según sus consideraciones, fue una experiencia desafiante y enriquecedora:
“Constituía nuestro deber evidenciar la importancia del sentido de responsabilidad y corresponsabilidad familiar, de la maternidad, la paternidad y la abuelidad responsables, en medio de estas nuevas complejidades”.
El estreno de Fábrica de felicidad aconteció de manera virtual a través de las plataformas online del Proyecto y el Icaic, modalidad en la que también se presentó a la prensa, nacional e internacional Mi cuerpo es mi vida, documental del que se había postergado su estreno ante la llegada del virus.
En el filme 18 protagonistas, víctimas de distintos tipos de violencias, denuncian y a la vez expresan sus reparaciones personales. Sus testimonios nos acercan a la exposición de temas como la diversidad humana, racial y sexual, la salud, las enfermedades, la prostitución, la impunidad judicial, la violencia obstétrica y el aborto.
La exhibición estuvo acompañada, además, de un panel con especialistas que comentaron sus percepciones sobre el cuerpo en las realidades cubanas; un intercambio que permitió enriquecer cada una de las historias que narra el documental en apenas 32 minutos.
Vila refirió, también, que la labor activista que realizan no se detuvo en el 2020. Fue un momento en el que más que nunca las personas necesitaron el preciado acompañamiento que brinda Palomas.
La directora indicó también que el Proyecto mantuvo una presencia activa en los medios de comunicación, y entre los acontecimientos más relevantes destacan la proyección a comienzos del año en el espacio de la Mesa Redonda del documental del 2019 Mujeres… Resiliencia, derechos a la vida; y la transmisión a mediados de agosto del pasado año en el programa Congénero, del canal teleSUR, de un amplio reportaje sobre esta Casa Productora.
Acerca de las proyecciones para el 2021, el coordinador general de Palomas, Sergio Cabrera, señaló:
“El mundo lo desequilibramos nosotros, a nivel de la naturaleza, de nuestros contactos, conversaciones y posicionamientos. Tenemos que redefinirlo, y la pandemia es una invitación positiva para buscar cómo nos relacionamos con la sociedad”.
Justamente sobre esta relación preparan la serie Abuelidad y el documental Ellas… sus cuidados y cuidadoras, ambos escritos y dirigidos por Lizette Vila e Ingrid León.
La primera propuesta forma parte de la línea de trabajo de Fábrica de felicidad y constará de tres cápsulas de corta duración narradas por Obelia Blanco y Enrique Molina. En ellas se abordará la abuelidad como el concepto que denomina la relación y función de las abuelas y los abuelos con respecto a sus nietas y nietos, así como los efectos psicológicos de este lazo afectivo.
Por otra parte, el documental revelará las historias de vida de cuidadoras cubanas que muestran sus proyectos y desafíos, en medio del vacío de reconocimiento en sus espacios privados y públicos. Para acercarnos a sus relatos, las voces de Beatriz Viñas y Marino Luzardo acompañarán cada momento.
(Foto: archivo Cubacine)