NOTICIA
“Una complicidad llena de matices”
Según Eduardo Eimil, el origen de su proyecto Gallo se basa en una noticia que leyó sobre un anciano italiano que tocaba el acordeón frente al hospital Castel San Giovani, donde su esposa estaba ingresada por coronavirus.
Confiesa que se sintió conmovido y de esa manera surgió un relato al que logró sumar personajes y contextualizar en el escenario cubano.
Gallo será otro de los cortos que integrarán el largometraje coral que dirigirá Fernando Pérez, como parte de las coproducciones establecidas entre el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos y los colectivos de creación audiovisual y cinematográfica: i4films, Wajiros Films, DB Estudio, y Audiovisuales ICAIC y Cocuyo Media Lab en calidad de Productores asociados.
Pero este no es el único detalle que Eimil reveló a Cubacine sobre su participación en el novedoso proyecto de coproducción.
Un Gallo muy cubano
En mi versión el protagonista es también un músico, pero toca la trompeta; un instrumento que tiene mucha fuerza y guarda hermosas conexiones con el cine cubano.
Sin embargo la historia gira en torno a la relación que existe entre Gallo y sus vecinos, que pasa del rechazo solapado o directo, a la comprensión y la empatía.
La desgracia une a estos personajes; y quiero creer que en situaciones tan difíciles como las que esta pandemia ha generado, el diálogo y el respeto al otro son el único camino posible de sanación.
Una alianza para el beneficio común
Tanto el ICAIC como las productoras independientes se benefician de esta interacción. Mientras el Instituto se nutre de nuevas formas de hacer cine, los colectivos beben de la experiencia y la historia viva del cine cubano.
Pienso que entre ambos debe surgir esa complicidad, llena de matices como los personajes de mi historia que logran conectarse y comprenderse, más allá de todo aquello que los separa o los une.
Expectativas sobre este largometraje coral
Parecería raro pensar en hacer cine en un momento como este, pero cada cual realiza su aporte desde su conocimiento, desde su espacio.
Nosotros, todos los involucrados en este proyecto, nos hemos volcado en él, poniendo gran empeño en contar estas historias que tienen a la pandemia como telón de fondo, pero que muestran a la Cuba de hoy con sus complejidades y contradicciones; también con sus amores.
Tengo la enorme responsabilidad de que mi cortometraje cierre la película. Me interesa en este punto, más que encontrar certezas, generar preguntas: ¿Qué significa todo esto? ¿Cuál es el sentido de tanto sufrimiento?
Parado sobre los hombros de otros que estuvieron antes que nosotros, junto a los muy talentosos directores con los que comparto, pienso entonces en Chéjov, el brillante escritor ruso, cuando pone en boca de uno de sus personajes al final de una de sus obras más conocidas: “Pareciera que con un poquito más llegaríamos a saber para qué vivimos y para qué sufrimos. Si tan solo supiéramos. Sin tan solo supiéramos…”
Al mando de todas las historias el gran Fernando Pérez
Sin dudas, un referente indiscutible para todos, no puedo imaginar un mejor guía para este proyecto. Con su luz nos une y nos enseña, desde la tranquilidad más absoluta, desde la certeza y la calma. Mucho se ha hablado de su personalidad y su energía, pero verlo de cerca, en acción, es un privilegio.
En este largometraje coral, él potencia la individualidad de cada director y cada historia, como uno de los más importantes valores a preservar. Sugiere, conduce, da libertad y acompaña el proceso.
(Foto: cortesía del entrevistado)