Sergio Vitier y Sara Gómez

Sergio Vitier: un músico de cine

Mar, 05/04/2021

Aunque compositor para discos y conciertos con su obra más personal (Del Renacimiento a la Rumba, Travesía, Homenajes...), el mayor de los hermanos Vitier (desaparecido lamentablemente en 2016 ) surtió su talento inmensurable, su cultura y documentación musical para varias manifestaciones artísticas, entre ellas el ballet y el cine.

Dentro del séptimo arte, Sergio fue prolífico, realizó una labor sistemática y de gran aliento creativo, en la que sobresale un énfasis en lo melódico con predominio de las cuerdas (su instrumento líder, en el que se especializaba, era la guitarra) para facturar partituras que se erigen en comentarios o apoyos eficaces de ciertos ambientes (Un hombre, una mujer, una ciudad; Manuel O. Gómez) o con la creación de elocuentes ritmos cubanos —son, danzón, rumba—, empleo recurrente de la percusión cubana, presencia significativa de la improvisación y hallazgos de conquistas rítmicas, tanto en pequeños formatos como en sinfónicos, a lo largo de esas numerosas incursiones en la pantalla grande (De cierta manera, El brigadista, Guardafronteras, Plácido, Capablanca…)

Uno de sus trabajos más interesantes fue la música para Derecho de asilo (1985), realizada por un cineasta con el cual Vitier colaboraba sistemáticamente: Octavio Cortázar.

Con elementos de conga, batucada y otros ritmos latinoamericanos, la plataforma armónica del relato carpenteriano llevado al cine, juega con el pathos del país imaginario a que alude la trama, calzando a discreción la atmósfera de suspense y desasosiego que implican los principales motivos dramáticos del texto. No menor relieve merecen pasajes caracterizados por cierto lirismo, contrastantes con la dureza tonal de la prosa y su  ulterior traspaso fílmico.

En 1999 la realizadora Lourdes de los Santos se acercó al extraordinario músico para entrevistarlo en un documental a él dedicado: Identidad, que recoge además, testimonios de colegas suyos que arman una rigurosa semblanza de ese orgullo de nuestra solfa… y de nuestro cine: Sergio Vitier.

(Foto tomada de El cine es cortar)