Ammonite

No querían estar solas

Vie, 05/21/2021

Me disculpo de antemano por llamar piedras a las amonitas, esos moluscos con concha externa que existieron millones de años atrás y que proveen a la película de Francis Lee, Ammonite, no solo de un título, sino también de una obvia metáfora central, al representar la represión sexual de sus dos personajes femeninos principales, subyugados por los prejuicios que erosionan a las mujeres y hasta las fosilizan.

Pero es que el camino de la paleontóloga británica Mary Anning estuvo lleno de obstáculos. Ella sufrió el rechazo de sus colegas por su género y su manera de ver la ciencia. Además, debió defender su vocación en medio de la pobreza, la depresión y la exclusión social a la que eran sometidas las mujeres en la Inglaterra de 1840.

Amonita (2020) su título en español— está basada en hechos reales ocurridos durante el siglo xix. En ese entonces, esta científica se esforzó en romper las barreras de una época para mostrarse como una mujer muy fuerte, sacrificada y, sobre todo, autodidacta.

Así, dicha coproducción entre Reino Unido y Australia, despierta polémicas mientras nos cuenta sobre la paleontología, ciencia que se encarga del estudio de los fósiles, un saber que es relativamente moderno, pero indispensable a la hora de intentar comprender la evolución del mundo en que vivimos hoy.

Para ello, su director, Francis Lee, estudió a profundidad la vida de esta paleontóloga interpretada magistralmente por la experimentada Kate Winslet, quien se queda cerca del agua en esta ocasión —como en Titanic—, pero para contar una historia totalmente distinta. Por su parte, la talentosa Saoirse Ronan encarna a la joven y débil Charlotte Murchison, casada con un rico señor y muy diferente a Mary, pero que termina compartiendo más que una afición con su maestra y cuidadora.

Y es que el guion de Amonita no deja lugar a dudas: entre las dos mujeres nace una historia que va más allá de una simple amistad. No obstante, su eje temático principal radica en el quehacer de la protagonista como científica y no en la imaginada preferencia sexual de la misma. Porque Mary Anning más que una mujer lesbiana o heterosexual constituye un emblema de la paleontología a nivel global.

Al respecto, el propio Lee expresó en una entrevista: “Como cineasta queer, exploro continuamente temas relacionado con las clases sociales, el género y la sexualidad y trato de dotar a mis personajes, con respeto, de las vidas y relaciones que merecen”.

Quizá, por los motivos anteriores, este amor homosexual que surge lenta y orgánicamente fue criticado por muchos debido a la falta de pasión que el largometraje transmite, a causa tanto de la falta de química entre Winslet y Ronan como por las formas mecánicas y calculadas que su realizador impone sobre la relacióny los actos carnales entre ellas.

Eso sí, las locaciones tristes y melancólicas, llenas de grises, negros y azules, con una oscuridad solo atenuada por la luz de las velas o las caminatas por una fría y húmeda playa; unidas al vestuario y el maquillaje, que se destacan en la ambientación de una realidad bastante deprimente, brillan en la película en cuestión.

Asimismo, los pocos diálogos, muchos silencios y el sonido ambiente predominante de la brisa marina dotan a Amonita de una emoción capaz de mantener atento al espectador durante casi dos horas, tiempo que sobra si no queremos estar solos.