El Mayor

La carga del Mayor tendrá su nuevo día

Lun, 05/11/2020

El 11 de mayo de 1873,  en medio de la yerba alta que cubre el potrero de Jimaguayú, una bala impactó en la sien derecha del aguerrido combatiente y puso fin a su vida. Ya Ignacio Agramonte era una leyenda en los campos de batalla por la libertad de la Patria.

Este 11 de mayo de 2020 nos hallamos a la espera del estreno de El Mayor,  la película sobre el héroe, filmada por Rigoberto López y producida por el ICAIC. Debió llegar a las pantallas de los cines cubanos desde el pasado 24 de marzo, en el aniversario de la institución cinematográfica cubana, pero la necesaria interrupción de presentaciones culturales abiertas al público, debido a la pandemia de la covid-19, pospuso la proyección de la película.

Cuando la vida cultural regrese a la normalidad, tendrá lugar el estreno que honrará no solo la dimensión épica y humana del héroe, sino también el legado de un artista que hasta el último aliento sostuvo un compromiso indeclinable con la creación, entendida esta como plasmación y entrega de esencias.

Así recordamos a Rigoberto. Por años estuvo dándole vueltas a la idea de llevar al cine la vida del Mayor, no como una obra que respondiera a lo que la industria hegemónica ha dado en denominar biopic, sino como interpretación de una breve e intensa trayectoria vital en continuo crecimiento, no exento de contradicciones y que, a la vez, diera testimonio, para los espectadores de hoy y mañana, de la época en que cuajó la nación.

Rigo estudió a fondo la figura de Agramonte; juntó voluntades para la producción en alianza con el Ministerio de Cultura y las Fuerzas Armadas Revolucionarias; trabajó el guion con uno de los más prestigiosos dramaturgos cubanos, Eugenio Hernández Espinosa, con quien había escrito su primer largometraje de ficción, Roble de olor, y quiso que la fotografía corriera a cargo de Ángel Alderete, cuya contribución terminó por ser decisiva.

En los últimos días del rodaje en Camagüey, Rigo tuvo el primer aviso de la enfermedad que a la postre le arrebató la vida el 23 de enero de 2019. Fueron meses de lucha contrarreloj para avanzar en la edición de la película. La fase final de la posproducción fue asumida por Alderete, quien trabajó con estricto apego a lo que Rigo esperaba de El Mayor. "Creo que el hecho de haber sido amigo de Rigoberto durante muchos años y haber trabajado junto a él en varias películas me ha ayudado muchísimo. Conozco su estética y manera de pensar, y es por eso que hemos respetado la estructura que dejó hecha. Solo hemos realizado cambios pertinentes que, de estar vivo, estoy seguro de que los hubiera hecho", declaró el director de fotografía.

Con El Mayor, Rigo cerró un ciclo de realizaciones que de un modo u otro tienen que ver con ser, pensar y ser cubano, el cual halló su más acabada expresión en la pantalla documental, sin que por ello un filme como Roble de olor deje de significar una mirada acerca de los entresijos de la identidad nacional que con el tiempo, estoy seguro, ganará valores.

Sus dos primeros documentales, filmados en la década de los 70, La primera intervención y Apuntes para la historia del movimiento obrero cubano denotan la pasión por escudriñar el pasado no como ejercicio de museo, sino para explicarse y explicarnos qué somos y queremos ser.

Yo soy del son a la salsa es una obra imprescindible que rebasa los términos de la saga musical que cuenta, en tanto ofrece claves sin las cuales será imposible entender nuestro lugar en el Caribe y otras partes del mundo.

Admirable en su filmografía resulta la manera en que articuló los temas nacionales con una vocación internacionalista consecuente que se tradujo, por citar tan solo dos ejemplos, en el documental Puerto Príncipe mío y en la fundación de la Muestra Itinerante de Cine del Caribe.

Pronto volverá Rigo con la carga de El Mayor. El público y la crítica dirán la última palabra, pero quizá este sea un momento propicio para la anticipación promocional. Pienso, digamos, en que la excelente  banda sonora de José María Vitier podría irradiarse en los espacios donde permanecemos a la espera de que todo pase.

(Tomado de Granma, 11 de mayo de 2020)