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“Eduardo Agramonte ha sido una oportunidad única”
El actor cubano Enrique Bueno es muy conocido por darles vida a muchos personajes dentro de la televisión. Aunque se ha destacado por su participación en novelas, lo hemos visto también en producciones seriales, como es el caso del gustado policiaco Tras la huella.
Su presencia en el cine, sin embargo, ha sido menos activa. No obstante, tuvo el placer de trabajar en la última entrega cinematográfica del realizador Rigoberto López: El Mayor.
Para conocer sobre su participación en esta película, en la que interpretó al mambí Eduardo Agramonte, Cubacine conversó el actor.
¿Cómo llega a El Mayor y, por supuesto, a interpretar a Eduardo Agramonte?
Llegué a la película porque Rigoberto López me quería en ella. Por mediación de Libia Batista, directora de casting, me hizo saber su interés en que yo interpretara en la nueva película que iba a filmar a Eduardo Agramonte, independentista y primo de Ignacio. A pesar de esto, pensé que esa proposición se convertiría en sesiones tortuosas de casting, pero no fue así.
Rigoberto me tenía en mente para este personaje y solamente me hizo algunas pruebas de cámara y tuvimos, luego, una conversación en la que me depositó su confianza. Esto se lo agradeceré toda mi vida, pues me regaló este personaje tan lindo, sin haber trabajado anteriormente conmigo.
¿Qué ha implicado para su carrera artística asumir este personaje?
Como actor siempre me ha gustado interpretar personajes que impliquen una caracterización. Con este papel tuve la oportunidad de transformarme físicamente, verán una imagen mía a la que no están habituados. Me hicieron entradas en el nacimiento del pelo para acercarme a la imagen real de Eduardo y hasta me dejé crecer la barba. El proceso de creación del personaje fue muy importante, pues también tuve que estudiar y volver a la historia de nuestros independentistas para redescubrir aspectos que desconocía.
De esa manera me acerqué al Eduardo del que pocos conocemos, pues ni yo mismo como camagüeyano había percibido la gran importancia que tuvo. Su individualidad siempre estuvo bajo las sombras de su primo Ignacio, y gracias al filme muchas personas podrán saber quién fue, al menos en parte, esta figura histórica.
En mi carrera no había tenido la oportunidad de interpretar un personaje de este tipo. Esto es uno de los grandes retos y las grandes satisfacciones que tuve como artista, gracias a la película y, sobre todo, a Rigoberto.
Dentro de la película, ¿qué momentos recuerda con más cariño?
Sin dudas, las cargas al machete. Con cada una de ellas puede revivir en carne propia esa acción bélica tan representativa de nuestro Ejército Libertador, de las que siempre hemos tenido referencias.
Aunque solo eran simulacros, nunca olvidaré la primera que hice. Lideraba un amplio grupo de extras frente a otros tantos que simulaban las columnas españolas. Todos íbamos sobre caballos, y cuando se dijo acción y comencé a escuchar detrás de mí el tropel de los corceles y los disparos del enemigo hacia nosotros, me emocioné muchísimo. A la vez que me percaté de cierto peligro al que estaba expuesto, pues si fallaba como jinete podría haberme lastimado.
Recuerdo que esa vez todo mi cuerpo temblaba, de los pies a la cabeza, pero fue muy impresionante para nosotros haber experimentado los sentimientos que guiaron a esos mambises a la guerra. Luego, conversando con Daniel (Daniel Romero, protagonista del filme) no podíamos dejar de repetirnos lo corajudos que habían sido nuestros antepasados.
¿Qué significó para usted trabajar por vez primera con Rigoberto López, en la que sería su última realización?
Una oportunidad única, pues me permitió, además, volver a mi provincia natal, Camagüey, después de siete años. Poder regresar a ese lugar que tanto quiero y reunirme con amistades que hacía mucho tiempo no veía fue reconfortante.
Estuvimos en Camagüey durante tres meses y cada día de rodaje fue un honor para mí representar a uno de los coterráneos más significativos dentro de nuestra lucha independentista. Saber que estaba inmerso también en la filmación de una película que honraba a ese héroe nacional que perteneció a nuestra localidad, por el que nos hacemos llamar agramontinos, fue una experiencia única.
Mantiene una activa participación en la televisión y el teatro. Sin embargo, no sucede lo mismo en el caso del cine. ¿Ha sido así porque prefiere esos espacios o porque le han llegado pocas oportunidades dentro del séptimo arte?
Al principio, cuando empecé en la televisión, recuerdo que me llamaban bastante para algunas producciones cinematográficas, pero siempre estaba involucrado en proyectos televisivos. Por lo general eran novelas en las que casi siempre tenía papeles protagónicos y me era imposible llevar ambos trabajos, pues ni los productores podían ponerse de acuerdo. Con el tiempo dejaron de llamarme o comenzaron a hacerlo en menor medida.
Por otra parte, también ha influido mucho en este aspecto el falso concepto que tienen algunos realizadores de creer que los actores que trabajan en televisión arrastran vicios propios del medio en que se desarrollan. No les gusta trabajar con ellos y se han creado otros mitos alrededor de esto.
Muchos actores desestimamos esos mitos porque dominamos técnicas de televisión, cine y algunos hasta de radio. Es verdad que esa no es una realidad inclusiva, pero tampoco esas creencias deben generalizarse en todos los actores que trabajamos para la televisión.
En lo particular como actor me encanta hacer teatro, televisión y cine. Quisiera pasar por todos los medios, incluyendo la radio. En los últimos tiempos me he apartado de la televisión y ha sido la etapa en la que he tenido más propuestas para trabajar dentro del séptimo arte.
Planes futuros…
En el cine estoy abierto a cuantas propuestas me hagan, dispuesto a asumir lo más preparado posible el personaje que quieran brindarme.
Por otra parte, estoy incluido en la segunda temporada de la serie Conciencia, dirigida por Rudy Mora, que ha sido pospuesta por la pandemia del coronavirus.
Y en el teatro tienen la premisa de dar a conocer que formaré parte de la multipremiada obra de Doimeadiós, Tesoro de Isla, una propuesta que ha gustado no solo al público, sino también a la crítica. Estaremos de gira nacional luego de que superemos la pandemia por la COVID-19.