(La Habana, 1943)
Llega al ICAIC en 1961 como asistente de producción y ya al año siguiente se desempeña como asistente de dirección en el largometraje Cuba 58 (1962). Inicia una prolífica filmografía en el cine documental desde 1963 con una enorme diversidad temática. Su primer largometraje de ficción, la comedia Se permuta (1983) estaba basado en un guion devenido obra teatral. Su escenificación corrió por su cuenta, a partir de una idea de Gutiérrez Alea. Desde Se permuta confirma su talento y es de los pocos que logra transitar con idénticos resultados de una categoría a otra. Lo confirmaría en Plaff o Demasiado miedo a la vida (1988), una obra madura con un diferente tono del humor, más incisivo. Mientras concluía El elefante y la bicicleta (1994), su hermoso homenaje al centenario del cine, tuvo que incorporarse al rodaje de Fresa y chocolate, para dirigirla junto a Tomás Gutiérrez Alea. El éxito del binomio propició una nueva película: Guantanamera (1995). Este cineasta ha sido distinguido con la medalla Raúl Gómez García y la Distinción por la Cultura Nacional.