Mario Guerra Ferrera
Su afición por la actuación comenzó en 1980, cuando pasaba el Servicio Militar General en el sur de Angola. Allí se integró al movimiento de aficionados, muy importante en aquellas condiciones como medio de entretenimiento y superación de las tropas. Al regresar a Cuba formó parte del prestigioso grupo de aficionados Olga Alonso, donde actuó en las obras María Antonia, Andoba y Romeo y Julieta. En 1983 comenzó a trabajar con grupos profesionales como Plaza Vieja, Anaquillé, Conjunto Dramático del Teatro Nacional de Cuba y el grupo dirigido por Paco Alfonso. A partir de 1989 y ya evaluado como profesional, continuó su exitosa carrera teatral en los grupos Caribeño, Hubert de Blank, Buscón, Teatro Mío y Teatro de la Luna. Ha intervenido en innumerables puestas que van desde obras cubanas como Parece Blanca, Electra Garrigó, Manteca o Delirio Habanero a otras pertenecientes al acervo teatral internacional como Tartufo, Los siervos, Los intereses creados o Heaven. En la televisión ha actuado en teleteatros y series pero es indudable que es en el teatro y el cine donde ha desarrollado lo mejor de su carrera. Es, además, profesor de actuación en el Instituto Superior de Arte (ISA).