Osmany

Un rebelde convertido en arte

Lun, 03/11/2024

Sin preámbulos y con aires de rebeldía, llegó Osmany al Festival Santiago Álvarez, y no solo en condición de jurado, sino también como uno de los mayores representantes del pueblo palmero en el campo audiovisual, que dice sentir gran respeto por la coherencia mental y comportamental de los seres humanos.

En el dosier de sus palabras quedó inscrita su admiración por el realizador de Ciclón, a quien se dedica esta 21 edición, pero desde una posición cualitativamente superior, basada en esa forma tan independiente y comprometida en la que el cineasta desarrollaba sus obras e imponía estilos visuales únicos, capaces de transmitir múltiples emociones. 

Y es que, aunque muchos puedan cuestionar su elección y considerarla inalcanzable o fuera de lugar, Santiago defendió siempre una misma convicción, se mantuvo fiel a sus creencias y tuvo la valentía de enfrentar la verdad y mostrarla a través de su trabajo en el Noticiero ICAIC Latinoamericano. Su participación en la Revolución cubana no solo lo convirtió en un personaje histórico, sino que también lo posicionó como un ejemplo a seguir para muchos que buscan un mundo más justo y equitativo, algo que busca reflejar el fotógrafo y realizador palmero en cada una de sus obras. 

Viéndolo desde una perspectiva más bien experimental, para Osmany Sánchez Arañó ha constituido todo un reto formar parte del comité de selección de las obras concursantes en este, el único festival internacional de documentales en Cuba. 

Ello, como dice el cineasta independiente, permite estar al tanto de nuevas tendencias creativas, a la vez que ofrece posibilidades de interacción con otros artistas y fomenta la creatividad y la diversidad cultural, enriqueciendo así la escena artística de la región.

Resulta entonces importante valorar el esfuerzo y la dedicación puestos en cada uno de los procesos de selección que conllevaron a la premiación de artistas muy capaces. Tales percepciones demostraron un compromiso con la excelencia, y la transparencia en la toma de decisiones, lo cual es fundamental para el éxito de cualquier organización.

Estos festivales, en específico, ofrecen una plataforma única para que cineastas emergentes y establecidos presenten sus trabajos ante audiencias internacionales y expertos de la industria, lo que puede abrirles puertas a oportunidades de distribución, financiamiento y reconocimiento. 

Asimismo, desde la visión de un hombre tan naturalista como lo es el creador de Jíbaro, la simbología en los documentales es una herramienta importante para transmitir mensajes y significados de forma visual. Sin embargo, es necesario recordar el contenido y la veracidad de la información.

Y es que la labor del cineasta va más allá de simplemente grabar imágenes. Finalmente, todo se convierte en un proceso de creación que involucra la selección de actores, la creación de guiones, la dirección de arte, la edición de sonido y la posproducción, entre otros aspectos. Se convierte así en un constructor de mundos, en un artista que busca transmitir su visión única a través de la gran pantalla.

Aunque en el mundo del arte la creatividad y la expresión son fundamentales, también lo son la disciplina, la planificación y la organización. Se trata de trabajar dentro de un marco de estructura y disciplina para poder plasmar una visión única y original en una obra.

Como amante nato de la vida y sus matices, Osmany concibe este tipo de concursos como una forma de dar visibilidad a realidades y problemáticas que son muchas veces ignoradas o invisibilizadas, resultando así una oportunidad para generar conciencia y promover la igualdad de derechos para todas las personas.

(Tomado del sitio web de la Oficina Santiago Álvarez)