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Tamayo por Tamayo
Reynerio Tamayo, autor del cartel que identifica el 15 Festival Internacional de Cine de Gibara, es uno de los pintores cubanos más importantes de las últimas décadas. Este artista, altamente lúdico, inauguró este martes en el Hotel Plaza Colón su exposición Tamayo HD, que recorre parte de su creación reciente.
En la estética de Tamayo conviven el choteo ―aquel que según Jorge Mañach definiera al cubano―, reminiscencias del pop, el humor gráfico en su sentido más abarcador, expresiones del cubano común y su temprana afición al béisbol, especialmente en su época de esplendor. Al igual que la pelota, a Tamayo le apasiona la historia del arte y la historia en sentido general. Juega con ella a su manera, explora las disímiles posibilidades que, desde la creación pictórica, intervienen en esta.
La Habana de los años cincuenta del pasado siglo; capos famosos como Al Capone, Lucky Luciano, Meyer Lansky, Vito Corleone tropicalizado en la piel de un icónico Marlon Brando, incluso, el intérprete Frank Sinatra; Vincent van Gogh y su mítica oreja cercenada, referente icónico en varias de sus obras; los clásicos almendrones estadounidenses de la década del cincuenta del pasado siglo; la Virgen de la Caridad del Cobre; la industria cultural; nuevamente el béisbol; símbolos de la historia del arte manipulados a su antojo; figuras como Compay Segundo, Da Vinci, Salvador Dalí y sus obsesiones surrealistas son “apropiados” por Tamayo en dicha muestra.
Este pintor ―como aseguran las palabras del catálogo del Festival― “siempre fue un cronista, como cualquier buen cubano, un tipo de artista que narra, hace historias y al mismo tiempo las legitima y casi siempre a través de la risa. Puso las cosas en su lugar, pero en ese lugar donde el arte lo hace simple. El humor siempre ha sido el puente a la esperanza, el alivio de la ida, el canal para la energía dañina que, como seres humanos, cambiamos y nos transformamos en una batalla en la que siempre ganas con una sonrisa u haces que el viaje de la vida sea un lugar más agradable”.
Lúdico, irónico, perspicaz, manipulador como pocos, Reynerio Tamayo reinventa y se reconstruye, al mismo tiempo que ha forjado claras mitologías individuales, reconocibles en el ámbito artístico dentro y fuera de Cuba. Su amplia obra, como la expuesta en Tamayo HD, es imprescindible en la llamada generación de los 90 en Cuba.
(Tomado de La Gaceta de Gibara)