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“Rumbatá respira arte”
El cine 23 y 12 acogió la premier del documental Rumbatá, escrito y dirigido por la consagrada actriz Isabel Santos. Antes de la proyección la realizadora expresó sus anhelos de que el mismo pudiera ser disfrutado por los asistentes y agradeció, además, la presencia de sus protagonistas. De forma especial, la de su director Wilmer Ferrán, quien señaló: la obra no es sólo para Rumbatá, sino para la rumba en general, un género capaz de identificar a todos los cubanos.
Por su parte, el cineasta Jorge Luis Sánchez argumentó que entre las virtudes que posee el material está el descubrimiento de un mundo distinto para los citadinos. Lo encasilló dentro del cine popular que aún se sigue practicando en la cinematografía cubana y confesó enorgullecerse de que existan cineastas que se ocupen de esta línea temática. Por último alabó la faceta de directora de Isabel Santos: “redescubrimos a una artista que tiene la audacia de hacer cine documental, les aseguro que no pasará mucho tiempo hasta que estrene su primera obra de ficción.”
Sin dudas, Rumbatá es una fuente precisa de información no sólo sobre esta agrupación músico-danzaria, sino también acerca del desarrollo de la rumba en la ciudad camagüeyana. La historia, contada a través de la mirada de Wilmer, nos precisa el surgimiento del grupo, sus primeros pasos y la conquista de un espacio dentro del arsenal de la cultura cubana. De manera precisa también se argumenta sobre la tardía llegada de la rumba a Camagüey motivo por el cual este género se inserta con rezago en la sociedad de esta región.
Además de los integrantes de la compañía, dentro del documental aparecen especialistas del género que coinciden al afirmar que la música de Rumbatá es distinta. Esto no sólo es propiciado por sus méritos técnicos y musicales, sino además por su acercamiento al pueblo desde la cultura, el conocimiento y la elegancia rumbera.
Sin embargo, esta agrupación sufre del mismo mal que aqueja a la mayoría de los proyectos que se involucran en el desarrollo de este género. Pues la rumba aún sigue viéndose de manera marginal, a pesar de ser Patrimonio de la Humanidad, y continúan formándose prejuicios en torno a ella. La falta de espacios públicos donde presentarse, el poco apoyo de las autoridades para la divulgación de su música, no poseer una sede oficial donde ensayar para llevar a las comunidades parte de lo que hacen más allá de sus presentaciones artísticas, están entre los principales obstáculos con los que deben lidiar este grupo en la actualidad.
En el audiovisual, Ferrán expresa: El pueblo nos sigue pero las autoridades no nos toman en serio. Rumbatá respira arte…, no sólo es rumba lo que hacemos por eso es que necesitamos nuestro espacio para enseñar a aquellos interesados todo acerca de esta, desde el baile, la música, hasta la confección de tambores…
Concluida la proyección, la noche finalizó con la presentación de esta agrupación que hizo sonar los tambores y alzaron sus voces en agradecimiento a Isabel Santos. Wilmer Ferrán y todos los integrantes de Rumbatá entregaron como cortesía a la realizadora un tambor como símbolo de su dedicación por la rumba cubana.