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Por más “viajes” como este
La cineasta Marta María Borrás ganó en la primera convocatoria del Fondo de Fomento del Cine Cubano. Lo hizo con su proyecto Los pasajeros del último viaje, en la modalidad de escritura de guion de largometrajes. Ello constituye un motivo perfecto para conversar con ella.
Graduada de Artes Escénicas en la especialidad de Teatrología, en la Universidad de las Artes, y también coordinadora del Laboratorio Ibsen Plataforma Escénica de Experimentación Social y de InVitro, Muestra de Teatro Experimental, para Marta no hay límites, al comprender que, muchas veces, no contamos para los demás y solo nos queda la libertad de lo posible.
¿Cuál es la historia de Los pasajeros del último viaje? ¿Por qué te decidiste a contarla?
Los pasajeros del último viaje es la historia de tres personas a quienes la vida les impone un nuevo comienzo: un muchacho que debe enfrentar sus decisiones, pero solo encuentra solución en fugarse de la realidad que lo rodea; una madre muy joven que intenta sobrevivir en La Habana y tener a su hija consigo; y una señora con Alzheimer a quien la familia abandonó.
Sus relaciones afectivas se han quebrado como sus antiguas vidas, y ahora están solos. Entonces, ellos deben confrontarse con la realidad, con sus delirios, sus pérdidas, sus posibilidades y reinventar su lugar en un mundo que parece desplomarse a su alrededor.
Esta es una película que habla del ser humano, de su voluntad de no dejarse vencer. De personas que apuestan por el futuro y la ternura como único camino posible para sobrevivir.
Además, la situación que viven estos personajes está muy vinculada con experiencias propias y de personas cercanas a mí. Me interesa trabajar la autoficción. A la vez que preguntarme sobre la relación o la fricción entre la realidad, la memoria y la ficción. ¿Qué es la memoria? ¿Recordamos lo vivido o reinventamos esa experiencia que sentimos ha marcado algo en nuestras vidas? ¿Qué es un deseo? ¿Podemos habitar un deseo?
Me interesa pensar cuál puede ser la textura de un recuerdo, de un deseo, de los espacios en los cuales nos refugiarnos para evadir la realidad. Mis personajes están en un proceso de búsqueda, no encuentran su lugar en un mundo que ha cambiado y donde ellos no tienen cabida. Quizá no han sabido adaptarse al nuevo contexto, o no han podido. A veces los imagino como insectos, esas mariposas que tienen pintadas en sus alas el perfil de su depredador como mecanismo para evitar ser devoradas. Sin embargo, este recurso mimético es inútil, no los mantiene a salvo, pues en la naturaleza los depredadores advierten a sus presas por el olor o por el movimiento, muy raras veces por el aspecto de estas. Ahora, lo realmente importante para estas mariposas no es la apariencia exterior, sino la inmovilidad.
Pero los protagonistas de la película se resisten a estar inmóviles. Ellos comienzan a buscar otras alternativas para sobrevivir en la jungla en la que se ha convertido la ciudad. Nadie los llama por su nombre: son el muchacho, la muchacha, la vieja. Es como si no existieran, como si estuvieran fuera de lugar. Parecieran ser personas invisibles, de ahí que habiten o se imaginen en lugares abandonados, delirantes como ellos mismos. Y, a la vez, esta invisibilidad les permite reinventarse un nuevo lugar en el cual habitar e intentar ser felices.
Por otra parte, me interesan las texturas de los espacios arquitectónicos que habitan los personajes. De ahí que la ciudad sea un personaje más: devastado, con la belleza que, en ocasiones, podemos encontrar en ello, como el rostro de quien simplemente ha vivido.
¿En qué fase se halla el proyecto?
Actualmente el proyecto está en fase de reescritura y de trabajo con asesores.
¿Cómo les beneficia haber ganado el Fondo?
El Fondo constituye una gran oportunidad para socializar el guion y trabajar de forma más profesional en él. A partir de este premio fui invitada a participar en un taller de guion y argumento que realiza el proyecto 6g-Habana, el cual trabaja desde un laboratorio.
La posibilidad de trabajar allí, de forma directa, con maestros como Senel Paz, Eliseo Altunaga y Arturo Arango, es increíble. También, la metodología que propone el taller a partir de una dinámica de trabajo y diálogo entre todos los participantes aportará mucho al proyecto.
Asimismo, la oportunidad de conversar y confrontar mis ideas, mis intereses, mi propia escritura desde la primera fase del proyecto será muy provechosa. Las distintas miradas y lecturas le aportarán mucho a su posterior desarrollo.