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Por La Habana, un blues y el homenaje
Para celebrar otro aniversario de la capital, se ha programado el Ciclo Historias de una ciudad, en los cines Chaplin, Acapulco, Riviera (a las 5:00 pm), Enguayabera y Patria (4:30) y sala Glauber Rocha (2:00) del 14 al 17 de noviembre
El cine cubano y sus principales autores, siempre pusieron por delante su amor, y su preocupación, por la capital cubana. Desde Tomás Gutiérrez Alea (Memorias del subdesarrollo, Fresa y chocolate) hasta Fernando Pérez (Suite Habana, Últimos días en La Habana) la ciudad ha sido un personaje principalísimo en medio de piezas trágicas de autor. Sin embargo, como todas estas películas han sido exhibidas con holgura, en el homenaje de este año aparecen otros tonos y géneros.
Del ciclo que tenemos delante, solo La ciudad (2015) de Tomás Piard mantiene el tono más bien trágico y dolido, poruqe Se permuta (1983) de Juan Carlos Tabío es, sin lugar a dudas, una comedia; Habana Blues (2005) de Benito Zambrano se acerca al musical, aunque reflexione sobre asuntos más bien graves y dolorosos como la emigración y el fracaso; y Habanastation (2011) de Ian Padrón tiene que ver con la llamada comedia de acción y aventuras. Así, se demuestra, desde los tonos y géneros más diversos, el protagonismo de la capital en el cine de este país.
Pero es preciso, además de confirmar el interés generalizado por La Habana, cómo y para qué aparecen sus espacios y arquitectura en estas películas. Es muy probable que el Premio Especial del Jurado del Caracol, conferido a La Ciudad por la Asociación de Cine, Radio y TV de la UNEAC, y el premio a la mejor dirección de arte, haya valorado la estrecha vinculación expresiva que establece el filme entre las tres historias de separación, nostalgia y amor y los espacios citadinos en que todo ocurre. Hay exteriores hermosos que remarcan esa indiscutible pertenencia de los tres protagonistas a una ciudad y a una nación que, como asegura Fernando Pérez en La vida es silbar, te acompaña donde quieras que vayas, como el caracol y su casa.
En tanto comedia costumbrista, Se permuta refleja las peripecias y pequeños dramas cotidianos que suponen la vida corriente de un cubano. Y por eso se acompañan los deseos de la protagonista por mejorar las condiciones de vida, y el estatus social, de su hija. Así, aparecen en el fondo barrios elegantes y menos favorecidos, Miramar o El Vedado en contraste con cuarterías, albergues, barrios periféricos que luego se llamaron vulnerables. Hay hasta una nota de optimismo respecto a los edificios múltiples estilo Alamar.
La historia de dos jóvenes Ruy y Tito (Habana Blues), cuya música es una mezcla de tradicional cubana, rock and Roll y blues, está respaldada en imágenes por una ciudad polícroma y llena de valores. No en vano el importante crítico norteamericano Jonathan Holland escribió en la revista Variety, que se trata de una “amena y anárquica carta de amor al espíritu inmortal de Cuba y de su música entendida como un medio de vida”. Esa carta de amor estaba escrita con las imágenes agridulces, a veces optimistas y llenas de luz, otras veces más oscuras y raídas, de la ciudad tantas veces retratada con realismo y afecto por el cine y por la música.
Con fotografía de Alejandro Pérez, un especialista en retratar los rincones más reveladores de La Habana, Habanastation, como recuerdan casi todos los cubanos que han visto algo de cine, es la historia de dos niños metidos en una aventura que les hará confrontar sus realidades y maneras de ver la vida. De este modo, la iconografía de la película acompaña y caracteriza a estos dos caracteres contrastantes: un niño de familia acomodada y con casi todos los problemas resueltos y otro huérfano de madre, con el padre preso y situación económica precaria. Porque Habanastation habla de diferencias de clase, marginalidad más o menos aparente, egoísmo y materialismo y, por supuesto, sus pares contrarios: generosidad, idealismo, valores auténticos y desinterés, y tales virtudes o defectos adquieren entidad gracias a los personajes de Mayito y Carlos, los dos niños que comparten aula y escuela, pero viven separados en barrios totalmente diferentes.
(Tomado de Cartelera de Cine y Video)
Infografía de Ivet Ocaña Ge