NOTICIA
Palabras de inauguración del Festival
En La Habana, ciudad que recién cumplió sus primeros 500 años de fundada, damos inicio esta noche al cuadragésimo primer Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
Es para nosotros un gran honor que la Señora Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, una de las instituciones más efectivas en la defensa de la diversidad cultural, nos acompañe esta noche y haya pronunciado sus palabras en esta gala.
Hemos querido inaugurar este Festival junto al Ballet Nacional de Cuba, como tributo a una legendaria figura de la danza universal: Alicia Alonso. El cine cubano la inmortalizó en su excepcional Giselle, legando así a las futuras generaciones su extraordinaria impronta.
Esta edición celebrará el centenario de Santiago Álvarez, figura paradigmática del cine del Tercer Mundo y fundador, junto a Alfredo Guevara, Julio García Espinosa y Tomás Gutiérrez-Alea, del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), cuyas seis décadas de existencia también recordaremos.
El ICAIC creó las condiciones para el desarrollo de una industria fílmica nacional al propiciar el clima espiritual, cultural y político que haría posible la espléndida eclosión experimentada por la cinematografía cubana en los sesenta. Sumando a esta encomiable labor otros proyectos que impactaron en toda nuestra cultura: los cines móviles, que alcanzaron los parajes más recónditos de la geografía insular, el cartel cinematográfico, la Cinemateca de Cuba, la revista Cine Cubano, el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, bajo la guía del gran Leo Brouwer, y el Noticiero ICAIC Latinoamericano, inscrito por la UNESCO en el registro de la Memoria del Mundo.
Quisiera recordar a Santiago Álvarez, y lo haré con sus propias palabras, las que revelan su transparente actitud ante la vida y ante la creación:
“La naturaleza social del cine demanda una responsabilidad por parte del cineasta. Esa impaciencia creadora producirá el arte de esta época, el arte de la vida de dos tercios de la población mundial (…) Soy un angustiado al pensar que las injusticias que hay en el mundo, sean demoradas en su solución o pospuestas por conformismos e inercias”.
Estas palabras adquieren hoy renovada vigencia ante la expansión del conservadurismo más reaccionario, con su ideología racista, misógina y homofóbica, que ha irrumpido con fuerza en el continente.
Los primeros síntomas de esta avalancha ya se advierten en el cine latinoamericano más reciente. El cine se adelanta y prefigura lo que vendrá y pone al descubierto esa gran capacidad del arte para problematizar los conflictos latentes en la sociedad.
Coherente con esa tradición, nuestro programa insiste en presentar obras que abordan problemáticas como la vida y desafíos que enfrentan los pueblos originarios, la memoria histórica del continente, los reclamos en torno a los derechos de la mujer, las ingentes batallas libradas en los ámbitos de la cultura y la sociedad y la opción por una diversidad que dignifica y enaltece en sus más variadas expresiones.
Entre esos vastos universos quiero poner el acento en algunos de los temas que más nos inquietan. Incluimos en este 41 Festival una nueva sección: Mujeres ante la cámara, un panorama que recorre temáticas como la violencia de género, el embarazo en adolescentes y la lucha por el derecho al aborto. No es una sección exclusiva para directoras, estarán también filmes dirigidos por hombres. Esta es una batalla por la dignidad y por la igualdad de derechos y debemos enfrentarla entre todos.
En ese mismo sentido y preocupados por el ímpetu de un fundamentalismo religioso que intenta frenar y revertir los avances en el terreno de la diversidad, subrayamos los filmes que abordan esos temas en nuestro programa.
Este año entregaremos dos Corales de Honor. Los otorgamos a dos personalidades latinoamericanas que han dejado una profunda huella en nuestro cine y sus contemporáneos.
Lita Stantic, productora argentina y cómplice de María Luisa Bemberg, nos descubrió a los más importantes directores del Nuevo Cine Argentino de los noventa.
Manuel Pérez entró en la historia del cine cubano desde su primer largometraje El hombre de Maisinicú, y hoy, con la energía y pasión que lo caracterizan, trabaja en el guion de su próximo proyecto.
Ambos son ejemplo de coherencia intelectual y lucidez política, y nuestro Festival se honra al honrarlos con este galardón.
Solo me resta agradecer a los cineastas que nos confiaron sus obras, a los que están presentes y a los que no lograron estar. Apreciamos profundamente ese gesto, esa señal de respeto y de amor por nuestro público, por nuestro pueblo, que en días convulsos como estos sentimos más cercano y entrañable.
Muchas gracias.
Foto: Pedro Suárez
Tomado del sitio web del Festival:
http://habanafilmfestival.com/palabras-de-inauguracion-festival-41/