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Los premios Coral mejor recordados: Frida y El exilio de Gardel
Pocos premios Coral parecieron tan justos, oportunos y aplaudidos como los entregados ex aequo, hace 35 años, exactamente en 1985. Y aunque a muchos les disgustan los empates y premios compartidos, nadie protestó por la entrega de sendos premios Coral al filme mexicano Frida, naturaleza viva, de Paul Leduc, y al argentino El exilio de Gardel (Tangos), de Fernando Solanas, dos paradigmas del cine de autor latinoamericano. Tanto Leduc como Solanas concibieron ambas obras cual frescos histórico-culturales, de alta preeminencia artística, y profundas disquisiciones sociopolíticas.
Laureada en La Habana no solo con el máximo premio Coral, sino también con el galardón a la mejor actuación femenina (Ofelia Medina) y el premio Coral a la mejor escenografía (Alejandro Luna), Frida, naturaleza viva contaba con un guion de José Joaquín Blanco y Paul Leduc, que relataba, a través de grandes retrospectivas, los recuerdos de la pintora mexicana Frida Kahlo, postrada en su lecho, poco antes de su muerte.
Narrada pausadamente, a través de suntuosas imágenes, se abarca una existencia marcada por las relaciones con su padre Guillermo Kahlo, su marido Diego Rivera, el exiliado ruso León Trotsky, el pintor David Alfaro Siqueiros, sus amores con uno y otro sexo, y el tormento físico y mental proveniente de varios accidentes y enfermedades, muy presentes en su obra pictórica.
La tremenda autenticidad de Frida… tiene que ver con la entregada actuación de Ofelia Medina, con el deseo de mostrar la personalidad de la artista en toda su complejidad, y además con el hecho de que el filme se realizó, mayormente, en la casa de Frida Kahlo, la conocida Casa Azul, ahora Casa-Museo de Frida.
En México, obtuvo el premio Ariel por mejor película, mejor director, mejor actriz, mejor edición, fotografía y ambientación, entre otros, y también ganó diversos galardones en los Festivales de Cine de Bogotá y Estambul. Ocupó el lugar 50 dentro de la lista de las 100 mejores películas del cine mexicano, según la opinión de 25 críticos y especialistas del cine en México, publicada por la revista Somos en julio de 1994.
Dirigida, escrita y producida por Fernando Solanas, con música de Astor Piazzolla, José Luis Castiñeira de Dios y el director, El exilio de Gardel (Tangos) es un musical surrealista, de tema político, realizado mayormente en París (con las actuaciones de Marie Laforêt, Miguel Ángel Solá, Ana María Picchio, Philippe Leotard y Lautaro Murúa) y concerniente a la vida de un grupo de argentinos tratando de sobrevivir en su exilio en la capital francesa, en el período de la dictadura militar argentina.
Laureada con el Gran Premio Speciale del Jurado del Festival de Venecia, el premio César a la mejor música, y el Cóndor de Plata de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de Argentina por mejor película, mejor director, mejor música, mejor fotografía y mejor montaje, El exilio de Gardel (Tangos) fue uno de los títulos argentinos más importantes entre aquellos que intentaron pasarle la cuenta a los años negros de la dictadura.
Con similar vocación revisionista se recuerda, entre otros, el thriller de trasfondo político en Tiempo de revancha (Adolfo Aristarain, 1981), la trágica historia de amor, con fuertes visos antidictatoriales, que fue Camila (María Luisa Bemberg, 1983), la impactante denuncia de la época de los desaparecidos y las adopciones ilegales en La historia oficial (Luis Puenzo, 1985), los melodramas simbólicos de Eliseo Subiela (Hombre mirando al sudeste, de 1986, y Últimas imágenes del naufragio, de 1989), y esa otra singular recreación musical y cultural del exilio que fue Sur (1988), también dirigida por Fernando Solanas.
(Tomado de Cartelera Cine y Video, nro. 174)