Suite Habana

La Habana y el cine: real y maravillosa. Entrevista con Luciano Castillo

Mié, 11/13/2019

Desde el pasado 6 de noviembre y hasta el 14, la sala 23 y 12 de El Vedado capitalino acoge el ciclo La Habana y el cine: real y maravillosa. Diseñado por la Cinemateca de Cuba con largometrajes de ficción, documentales y ediciones del Noticiero ICAIC Latinoamericano que se exhiben como tributo al 500 aniversario de la fundación de La Habana.

Cinco largometrajes de ficción, diez documentales y siete ediciones del Noticiero ICAIC Latinoamericano, componen el homenaje fílmico a la capital cubana en su cumpleaños.

Es un programa curioso; de los cinco largos, solo dos transcurren cinematográficamente en La Habana, aunque todos fueron rodados en ella; los documentales se filmaron en cada una de las décadas después de la fundación del ICAIC, como si la intencionalidad fuera ver reflejado el tiempo que ha pasado por la ciudad…

Para no quedarnos con estas y otras dudas, conversamos con Luciano Castillo, director de la Cinemateca de Cuba.

¿Cuál fue el criterio de selección para este ciclo?

Nosotros en la Cinemateca de Cuba hemos querido sumarnos al gran homenaje a la Villa de San Cristóbal de La Habana en su aniversario 500, por lo que hemos conformado este ciclo que comenzó ayer en nuestra sede del cine 23 y 12 y que culminará el día 14, poco antes de los festejos por el medio milenio de nuestra capital.

En el caso de los largometrajes de ficción, excepto Nuestro hombre en La Habana —esa película británica filmada aquí, en 1960, apenas triunfó la Revolución por Carol Reed, a partir de la novela de Graham Greene— o sea, El recurso del método, de Miguel Littín, El señor presidente, de Manuel Octavio Gómez, y Tirano Banderas de José Luis García Sánchez, son películas para las cuales sus realizadores utilizaron La Habana por su eclecticismo arquitectónico para desarrollar argumentos que los autores de las novelas, es decir Alejo Carpentier, Miguel Ángel Asturias y Ramón del Valle Inclán ubicaron en imaginarios países de América Latina y justamente las locaciones de La Habana propiciaron recrear esas atmósferas ficticias.

¿Fue una intención del diseño del segmento documental, que estos materiales recorrieran todas las décadas desde la fundación del ICAIC? ¿Qué reflejaran el paso del tiempo por La Habana en este periodo?

No, es una coincidencia, lo que pasa es que aunque no lo parezca existen pocos documentales realizados sobre La Habana; hemos escogido de los que existen y es una buena selección; por ejemplo está uno muy hermoso, el que en mi opinión es el mejor filme documental que se ha hecho sobre la ciudad, Habana Vieja, de Oscar Valdés, de quien conmemoramos este año su centenario, y el domingo se proyecta un breve pero bello documental de Humberto Solás, un ferviente enamorado de su ciudad natal, que es Retrato de La Habana.

También merece mención Habaneceres, de Luis Leonel León, que pasa el miércoles 13, e incluye entrevistas a varios importantes habaneros que se refieren en sus obras a la ciudad: el cineasta Fernando Pérez, el escritor Leonardo Padura, y el cantautor Carlos Varela.

Este segmento lo cierran dos materiales que son homenajes a dos zonas significativas de La Habana; El Vedado, que es recreado por Cristina Fernández y Carlos León en Un siglo de El Vedado, y Centro Habana, abordado por Lourdes Prieto en Habana del centro, ensueño de sombras.

También el público podrá disfrutar de ediciones del Noticiero ICAIC…

Sí, de las ediciones 479 a la 485, una en cada función, todas restauradas en virtud del convenio del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos con el Instituto Nacional Audiovisual de Francia.

¿Por qué se escoge Suite Habana, monumental cinta que para muchos es lapidariamente triste, y sin embargo aquí forma parte de un festejo fílmico…?

A mi juicio, Suite Habana, es el gran homenaje fílmico, es una declaración de amor a La Habana, en la que no siempre todo es festivo.

En este caso, si se hubiera excluido del ciclo hubiera sido una omisión imperdonable porque es un clásico imprescindible, no se puede hablar de una filmografía sobre La Habana sin que se incluya esta película inclasificable que curiosamente ha concursado en algunos festivales en la categoría de ficción.

Este ciclo es una oportunidad de recuperar zonas de La Habana a través de cómo muchos fotógrafos han asumido el reto de plasmar esa luz que es tan difícil y que algunos no han logrado.