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ICAIC: alfabetización de imágenes
El Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, en coordinación con el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), organizó un evento teórico dedicado a los años fundacionales de la institución, que este 24 de marzo cumple 60 años de fundada.
“Este panel es apenas una provocación, no es nostálgico lo que nos reúne, sino el recorrido de una historia”, expresó el presidente del Festival y moderador de la mesa, Iván Giroud.
Durante la tarde del jueves 14 de marzo, el periodista, historiador y analista político Ignacio Ramonet, la cineasta Rebeca Chávez y la crítica y ensayista Graziella Pogolotti recordaron, además de la fundación del instituto, el momento histórico que rodeó este hecho. Uno de los panelistas invitados fue el cineasta Manuel Pérez Paredes, quien no pudo asistir al evento, pero sus palabras fueron leídas por Giroud.
Pérez, quien repasó y mencionó a personas imprescindibles en la creación del instituto, expresó sentimientos, ideas y opiniones que marcaron la época fundacional. También evocó la figura de Alfredo Guevara y la persona que era en el momento que asumió la dirección del ICAIC en 1959.
La década del 60 estuvo marcada por la Revolución cubana y nuestra cultura estuvo definida por la creación del ICAIC. En ese sentido la doctora Pogolotti comenzó recordando a Saúl Yelín, fundador del Instituto, a propósito de encontrarse en la sala de la Casa del festival que lleva su nombre. Según Pogolotti, el ICAIC no solo diseñó una política cultural cinematográfica, sino que contribuyó a conformar la política cultural de ese primer decenio de la Revolución.
“Desde que apareció el cine la humanidad se dividió entre aspirantes a cineastas y cinéfilos, no solo por su alcance masivo, sino por ser la primera cristalización como un arte focal”, reflexionó.
“En Cuba la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo permitió que se desarrollara un trabajo sobre todo en el cine, del que hoy todavía se observan frutos, traduciendo y recirculando materiales desconocidos”, apuntó la doctora.
Paralelo a la creación artística en el ICAIC se produjo un proceso de entrenamiento en el debate. “Mientras para el exterior funcionaban todos a una como Fuenteovejuna, en el interior el debate era muy fuerte”, recordó la ensayista.
Asimismo, en la institución convivieron varias generaciones y algunos cineastas, como Rebeca Chávez, se sienten deudores de esos primeros años. Para Chávez, ella es “una privilegiada de la fundación del ICAIC. No es lo mismo ver la fundación desde La Habana que desde Santiago. El ICAIC llevó a cabo una alfabetización de imágenes. El Instituto creó una mística alrededor de los filmes, pero también de los carteles”.
Este misticismo también estuvo acentuado por la idea de que “los cineastas lo discuten todo”, aseveró. “Yo encontré en el ICAIC la sabiduría del bien y del mal”, aseguró la realizadora.
Desde la mirada internacional, Ignacio Ramonet discursó sobre el contexto cinematográfico mundial en el que se creó el IACIC. “Esta institución sorprende desde su propio nombre al poner la palabra industria en el mismo, —señaló―. Es imposible hablar de cine sin tener en cuenta el elemento industrial, y esta palabra no surge en el título por casualidad, sino porque es una palabra de la que se discutía internacionalmente en esa década”.
Ramonet recordó el contacto y la formación que tuvo Alfredo Guevara con el panorama internacional, relación que le permitió aportar ideas vitales a la creación del Instituto, pues aunque los cineastas fundadores se sentían deudores del neorrealismo italiano, sin duda alguna movimientos como la nueva ola francesa y revistas como Cahiers du cinéma influenciaron el debate y las formas de organizarse dentro de la primera institución cultural creada por la Revolución.