West

Horror, ambición y sexo: las tres perlas de West

Vie, 08/23/2024

La culminada trilogía de Ti West es la escogida para cerrar el 8vo Festival Internacional de Cine de Verano en la dinámica del Viernes del Terror en el cine La Rampa y el Cine Regla, la cual ha tenido una buena acogida en el público cubano. En la muestra, ya ha pasado por la pantalla grande la primera película: X (2022), la que le daría paso a su sucesora Pearl (2022) este viernes 23 de agosto, para cerrar el arco con Maxxxine (2024).

Ti West se ha convertido en una de las promesas a seguir debido a sus filmes inmersos en el cine de horror y el slasher en particular. Si bien es cierto que sus películas son cada vez más satíricas, West basa su argumento en un ejercicio que trata en profundidad las carencias humanas y el deseo por satisfacerlas. Desde una proyección visual resaltan por su intención de recrear la historia de este género utilizando diferentes estilos cinematográficos.

X y Pearl expresan la brutalidad de sus protagonistas tras enfrentarse a un contexto tóxico, reflejo de sus miserias y necesidades. Los personajes dialogan con sus demonios internos y encuentran su salida en el ego y el sexo, los cuales funcionan como corruptores de personalidades y entornos.

La matriz en las dos propuestas del director es el personaje de Pearl, aunque difiera de rol entre una y otra. X, primera en estrenarse, Pearl es la antagonista: una viejita enrarecida por sus mismos comportamientos que solo hace sospechar al espectador de los acontecimientos que sucederán ya avanzada la cinta y ejerce de catalizador sobre el despertar brutal de Maxine, cuyos demonios solo aguardan la oportunidad que el mecanismo de suspense les dé para aparecer.

En Pearl, el segundo largometraje que opera como precuela del anterior, se cuenta los sucesos que antecedieron a la transformación del personaje homónimo, un ente turbado al que la juventud le dio cara angelical.

Pearl es una pueblerina chica atrevida con sueños de grandeza que aguarda por su esposo, el cual se encuentra combatiendo en la Primera Guerra Mundial. En la soledad y el aburrimiento de su pueblo la joven encuentra la introspección para alejarse de su realidad, marcada por el cuidado de un padre enfermo y una madre hostil. Ante este presente que atenta contra sus aspiraciones, Pearl desencadena sentimientos más graves que solo la moderada frustración.

El director compone su argumento narrativo a partir de un camino de baldosas ensangrentadas que recorre su particular Dorothy. El camino indica una búsqueda fallida de libertad por la protagonista, quien nunca llega a tener los zapatos de diamantes ni la docilidad pulcra de la Dorothy original. West utiliza un manifiesto sustentado por el deseo de libertad ante un sistema asfixiante que distorsiona las aspiraciones de la muchacha y da paso a sus conflictos internos.

La película establece todo el tiempo una analogía contraria al mensaje que desea expresar la historia del Mago de Oz, no obstante, está esencialmente imbricada con esta. Las referencias claras que posee, tanto narrativas como discursivas, dictaminan el recorrido deseado de la joven (niña y bruja a la vez) que siempre persigue algo similar a un hogar fuera de su casa lo que termina intoxicando la aparente inocencia de esta pueblerina.

Así se configura el comienzo de la "asesina del hacha" años antes de que perturbara al espectador con su andar de "viejita inconsciente" en los años 70 que recrea X, lo cual se debe en gran medida al montaje y el correcto manejo de los elementos dentro de la localización, además del carácter versátil que tiene a nivel de guion y actuación, ambos elementos con Mia Goth como protagonista.

En Pearl, la localización no solo es la base concreta para representar el contexto y la dinámica con respecto a la movilidad de los eventos, sino, que también opera sobre todos los aspectos simbólicos y conceptuales que el argumento desea exponer.

De igual forma que en X, se toma como entorno aquella granja apartada que contrasta con el enclaustramiento de la chica y fundamenta las principales razones por las que esta se comporta de esa manera, teniendo en cuenta sus carencias y ansias íntimas, (un guiño al cine gótico).

La obra es una redimensión del concepto de libertad desde la sátira, que tiene lugar en varios elementos claves narrativos, desde el repudio ante la actitud de la madre, la comprensión hacia el padre, que es la vivida prisión de la que huye el personaje, su búsqueda fallida de grandeza lejos del pueblo y las privaciones afectivas que terminan convirtiéndose en una extensión más de sus sueños.

La ambición de querer la libertad en todo momento es lo que confecciona a este monstruo. Aunque para el personaje no es una simple libertad enmarcada en la huida como cuadro conceptual en el filme, mas bien está allegada a la necesidad de sentirse amada y vivir de ese amor que se le ha quitado, del que se ha visto huérfana por su realidad y su contexto.

Dicho concepto está confeccionado como un grito de desesperación de la muchacha hacia el mundo: - ¡Soy Pearl, ámenme! -. Una condición que se ve reflejada directamente en el filme cuando el jurado no acepta su performance artístico lo que provoca que la protagonista desencadene toda su brutalidad. Rompe la barrera que le imponía la cordura, que antes solo saltaba para danzar con un tridente y asesinar animales indefensos con los que alimentaba a Theda, “su mejor amiga cocodrilo”.

Para Pearl no existía la posibilidad de esa rotunda negación que la condenara a quedarse en su entorno. El orgullo que sentía por su talento experimental ensayado entre el establo y las columnas de pasto no fue suficiente para detener la ruptura de su burbuja mental.

Ella sentía que había sacrificado mucho, hasta la pureza de los votos tomados hacia su esposo. Su fantasía valía más que todo eso. No obstante, el mismo proceso de negación llevó a la joven a un estado de enajenación total.

Pearl, indiferente al dolor y adueñándose del camino de sangre, similar al vestido con que cierra todo su tercer acto, instaura su dominio sobre el entorno, encuentra lo bello en la muerte de sus semejantes como proceso de liberación, esa liberación que deseaba y ahora tiene, dejándole solo la incógnita ante lo no descubierto y las privaciones afectivas que tanto la carcomían. Lo cual no significa que el sexo sea un ente distante a la tesis creada por West, por el contrario, imbrica cada uno de los elementos argumentales que el filme expone: orgullo y libertad.

El sexo funciona en estas dos primeras partes de la trilogía diseñada por West como agente liberador. Sin embargo, en X posee un componente antisistema, un valor determinado directamente al placer, pero con una meta conductual relacionada a la búsqueda del éxito dentro del frenesí y el cambio. Mientras que, en “Pearl”, el sexo es liberador de fantasías, comienza a asociarse en ese estado reprimido del personaje líder como un medio externalizador de sueños.

Un buen ejemplo en el que se despliega el papel del sexo es el baile pecaminoso con el Espantapájaros. Pearl abraza por primera vez la proximidad de sus metas ansiadas, pero solo desde la locura y el desvarío tomados de la mano de una explosión de libido, componentes ligados a su marginalidad. En la escena los conceptos de orgullo, sexo y libertad alcanzan su máximo significado para exponer lo que el guion dejaba entrever desde el principio.

Estos campos de significación se ven alimentados por la visualidad que se escogió para la cinta (los comienzos del Technicolor), en la que los colores son más potentes y las sombras son más leves en pos de resaltar la crudeza de los acontecimientos, con el consabido corte sangriento, asociados al cine gore.

Los elementos visuales protagonizan los estados emocionales de Pearl, sus añoranzas, y con un mejor acabado, la ambientación abstracta y real de sus fantasías. Una cinematografía que apoya la capacidad expresiva de Goth, quien ha logrado posicionarse como la nueva villana de moda dentro de la vitrina del cine de horror.

La banda sonora tiene un toque grandilocuente como parte del homenaje que se le viene haciendo a la historia del celuloide. En Pearl, construye el andamiaje situacional que el drama de este argumento establece. No se condiciona a recrear ambientes confusos, por el contrario, se imbrica con la explosión de histrionismo dentro del argumento, profundizando en los márgenes de actuación contenida en los que el espectador debe identificarse con el personaje.

Esta trilogía, en síntesis, rinde culto al cine de horror con una historia donde la insania se convierte en la parte más disfrutable dentro de una crisis de valores, apoyada en un personaje que pone en correspondencia la simbiosis entre la inocencia natural y la psicosis, entre lo que ambicionamos y los cadáveres que podemos acumular si el destino nos es adverso.

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