Rigoberto López

Hombre de muchos matices y mundos

Lun, 09/23/2019

Incansable, analítico, solidario, panafricano, guardián de memorias ancestrales, traductor de complejidades, historiador, antirracista, amante de la música y la cultura toda… eso y más fue el cineasta cubano Rigoberto López, quien desafortunadamente ya no nos acompaña, pero su legado sí.

Por ello, este 23 de septiembre se realizó la charla homenaje Recordando a Rigo, como parte de la 9.a Muestra Itinerante de Cine del Caribe, en la que varios colegas y amigos de este “hombre de muchos matices y mundos” conversaron sobre su vida y obra.

Desde el C.C.C. Fresa y Chocolate, la profesora universitaria Maydi Estrada hizo alusión a algunos de los valores presentes en los audiovisuales de López, entre los que podemos mencionar Roble de olor, Vuelos prohibidos y Yo soy, del son a la salsa.

Asimismo, la máster en Estudios Caribeños destacó el “discurso no paternalista” y el “sabor feminista” de casi toda la filmografía del siempre presidente de la Muestra Itinerante.

Por otra parte, y ante la compañera de vida y otros familiares de López, los protagonistas de su última película, El Mayor, narraron sus experiencias de trabajo con este creador multicultural.

La actriz Claudia Tomás, quien encarna a Amalia en el filme antes mencionado, dijo que Rigoberto tenía una personalidad muy especial e imponente.

“Era un director estricto, pero siempre nos escuchaba, lo que ayudó a comunicarnos sin problemas. Tengo muchos recuerdos suyos, profesionales y personales”, añadió.

A su vez, el actor Daniel Romero, encargado de representar a Ignacio Agramonte, confesó que López le parecía “un hombre duro, pero lleno de emociones y pasión por su trabajo”.

“No abandonó su película por nada, ni nadie”, agregó Romero, no sin antes admitir que el realizador escondía tras su coraza mucha vulnerabilidad.

También, el prestigioso director de fotografía Ángel Alderete se refirió a los proyectos cinematográficos que compartió con López, a quien conoció en 1970 y de quien llegó a ser un buen amigo.

“Lo que siempre me impresionó de Rigo fue cómo conmovía con su obra a todo tipo de público. Por tanto, considero que el ICAIC debe dar a conocerla cada vez más, sobre todo entre los jóvenes”, apuntó Alderete.