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“Hace siete años no hubiéramos expresado la resiliencia”
Recientemente se exhibió a la prensa el documental Mujeres… Resiliencia, derechos a la vida, nueva propuesta del Proyecto Palomas, Casa Productora de Audiovisuales para el Activismo Social. En el filme mujeres y hombres testimonian sobre sus proyectos de supervivencia económica y espiritual más allá de las dificultades por las que atraviesa el sistema económico, político y social cubano. El audiovisual es una denuncia al bloqueo que los Estados Unidos ha impuesto desde hace 60 años al pueblo de Cuba.
El próximo 5 de octubre será el estreno de este documental que, como es costumbre en la obra de esta Casa, toca las fibras más sensibles de la humanidad. Con el objetivo de conocer sobre su realización y posible repercusión, Cubacine conversó en exclusiva con la directora de Palomas, la destacada realizadora Lizette Vila, quien codirigió Mujeres… Resiliencia… junto a Ingrid León.
¿Cómo surge la idea de hablar sobre el bloqueo?
Desde hace siete años Palomas quería producir un documental sobre los derechos económicos y espirituales de nosotras las cubanas y ahora fue que lo logramos. O sea, Mujeres… Resiliencia, derechos a la vida es el resultado de muchos años de espera, con la esperanza de algún día lograrlo y, a la vez, con muchas frustraciones por no poder concretar uno de los temas más importantes para satisfacer, promover y, además, alcanzar la igualdad entre las mujeres y los hombres.
Y qué bueno que esperamos todo este tiempo para hacer nuestro documental, pues hace siete años no hubiéramos expresado la resiliencia en nuestro discurso audiovisual, ni hablado de los derechos integrales, concepto más contemporáneo de los derechos humanos. Este expresa que todo debe integrar en cuestión de derechos para poder satisfacer esa plenitud como ciudadanas.
Hace siete años tampoco teníamos noción de lo importante que es el uso de la interseccionalidad para hablar de la pluralidad y diversidad de las mujeres. Con este recurso logramos cosas fenomenales, porque desmitifica el concepto de mujer única que tanto nos ha lastrado y discriminado.Tampoco hubiéramos expresado audiovisualmente el recrudecimiento del bloqueo y las fallas internas, que no se pueden obviar.
Tuvo que ser ahora que Palomas, dentro de sus conocimientos e investigaciones, tiene úna idea mucho más clara de lo que significan los derechos económicos y espirituales para nosotras las cubanas. En estos momentos es que podemos reclamar la documentación de las alternativas económicas creadas por nosotras a lo largo de todos estos años de bloqueo, y vemos muy claro cómo somos capaces de sostener la economía grande y la pequeña.
Pienso que lo logramos y estoy, más que nunca, convencida de que llega en tiempos acertados. Es muy propicio el estreno en un momento en el que hablar de resiliencia nos identifica y une como cubanos.
¿Por qué elegir esos proyectos de vida, esas historias y no otras?
Podríamos haber elegido otras historias de vida, porque en realidad hay muchísimas que, como las seleccionadas, muestran el sentido de la resiliencia. Pero al final, por más que queramos, debemos escoger una muestra y fueron esas las elegidas.
Tratamos de que existiera diversidad de voces, por eso hay desde figuras reconocidas dentro de nuestra sociedad, hasta personas desconocidas, pero no por ello menos importantes. Tenemos presente que hacemos periodismo humano, para promover la conciencia emotiva. No hay otra manera de denunciar y reparar un hecho que desde el testimonio, por eso creo que Palomas nunca se va a trazar la meta de filmar un audiovisual de ficción.
En el debate que siguió a la proyección a la prensa se habló de una contribución a la política exterior de Cuba, ¿estaría de acuerdo con eso?
Efectivamente, esas fueron las palabras que Johanna Tablada, subdirectora general de la dirección de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, expresó durante el panel.
Nosotros hicimos el documental con la visión de que pudiera contribuir a todo el escenario político actual del país. Si la política exterior cubana lo utiliza como un arma eficaz para librar esta batalla sería un hecho muy hermoso. No solo porque ayudaríamos a denunciar la causa, sino porque también lo haríamos desde una perspectiva que visibiliza la resistencia de la mujer cubana.
Desde su perspectiva crítica, ¿cuál es el elemento más significativo dentro de la estructura del filme?
Para responder eso debo citar una frase que mi hija, Ingrid León, codirectora del documental, señaló en una ocasión cuando le estábamos dando los toques finales. Ella dijo y cito: “El documental marca una nueva manera de comunicarse. En el diseño de nuestros documentales está inherente la denuncia constante y siempre, al final, es que se busca la reparación. Sin embargo, en este hay algo distinto, pues la estructura es de denuncia y reparación al unísono”.
Yo estoy totalmente de acuerdo, pues si vamos a la esencia del filme, esa estructura de denuncia y reparación responde al sentido de supervivencia, resistencia y búsqueda de soluciones. ¿Qué son nuestros testimoniantes, sino resilientes, sobrevivientes y emprendedores? Mujeres y hombres que, más que hablar de sus dolores, exponen al mundo las soluciones que han encontrado para resistir.
Expectativas con este nuevo documental…
Muchísimas. Sobre todo de promover el cambio, contribuir a la búsqueda de más soluciones y visibilizar cómo el bloqueo recrudece también las desigualdades entre ambos géneros. Considero que Mujeres… puede ser un apoyo para mostrar el sentido espiritual que debemos tener las cubanas con el fin de sobrevivir ante tantas dificultades.
Además, muestra el camino para pensar en el desarrollo de estrategias que resalten o fortalezcan el potencial de las mujeres desde nuestro poder económico. También exhibe una gran realidad, que es la de ver el poder económico, la resiliencia y las alternativas relacionadas con la mujer y el territorio en el que radica.
Por lo demás, esperar que sea del agrado del público asistente y que en esta, como en otras ocasiones, pueda sentirse identificado con nuestro trabajo.