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“Éramos creadores aislados que aprendimos a trabajar en conjunto”
El Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfico (ICAIC) rindió este martes un merecido homenaje al Grupo Experimentación Sonora por su aniversario 50. En el encuentro estuvieron presentes los exintegrantes de la agrupación Leo Brouwer, quien fuera su maestro, Silvio Rodríguez y Pablo Menéndez.
En el segundo piso del ICAIC, espacio donde se reunía el Grupo para ensayar, se develó una tarja conmemorativa y se inauguró una exposición fotográfica permanente que recoge algunos momentos significativos del GESI. Además, se realizó un panel en el Centro Cultural Cinematográfico Fresa y Chocolate, en el que los músicos invitados, junto al sonidista y Premio Nacional de Cine Gerónimo Labrada y la vicedirectora de la Cinemateca de Cuba, Dolores Calviño, rememoraron una de las generaciones que más han influido en la música cubana.
De su fundación, el público conoció que gracias al empeño de Haydée Santamaría y Alfredo Guevara surgió el Grupo, que llegó a unir a muchos rebeldes de su época. Según Silvio, revolucionarios liberales que poseían un talento musical incuestionable: “Haydée sabía que Casa de las Américas no tenía la estructura para sostener un grupo musical. Junto a esto estaba su percepción sobre el movimiento de la canción y de cuán lejos podría llegar, por eso preocupada por no poder hacer más, le propuso a Alfredo que acogiera la creación del GES dentro del ICAIC”.
Según Labrada, quien grabó muchas de las canciones del Grupo, la aparición de este fue un chorro de aire fresco, pues llegó a reunir a grandes talentos musicales y, gracias a esto, aparecieron canciones que hablaban de la Revolución con letras muy bellas. “Se creó un movimiento sin precedentes”.
Sobre este punto, Brouwer acotó: “La obra que realizamos en ese período fue trascendental, se hizo poesía musical de la más alta calidad y eso se reflejó en la gran aceptación que tuvimos hasta mucho antes de comenzar a promocionar nuestra música en los medios”.
Por su parte, Silvio expresó que además del estudio integral que recibió, lo que más le aportó, luego del conocimiento, fue el aprendizaje de ceder para crear entre todos: “Yo era un trovador solitario y ahí por vez primera comencé a compartir la música”.
Sobre el alcance de esta escuela, el musicólogo Roberto Valera, presente en el homenaje, dijo que a pesar de no haber estado en el GESI, trabajó en el ICAIC por esos tiempos, en los que no solo se hacía cine. Según el estudioso, era institución que formaba a cada uno de los que estaban ahí y gracias a su política en contra del dogmatismo y la rigidez cultural, se llegó a crear una agrupación de ese elevado nivel.
La desintegración del Grupo, según declaraciones ofrecidas por sus exintegrantes, se debió a que llegó a agrupar distintas personas con objetivos diferentes, músicos con inquietudes personales de creación, que alcanzaron una madurez musical que propició, a su vez, la emergencia de la individualidad.
“Éramos creadores aislados que aprendimos a trabajar en conjunto ―comentó Brouwer―. Para esto tuvimos que hacer una carrera en tres años que normalmente se concreta en 14. Nos separamos porque cada uno de nosotros éramos individuales”.
Aún así, la repercusión de esta generación se advirtió en muy poco tiempo con la creación del Movimiento de la Nueva Trova y acerca de esto Menéndez concluyó: “Desde el ICAIC nosotros pudimos influir en la música de nuestro país pues luchamos por descolonizar la cultura y creo que lo logramos, pues de no ser así, no estaríamos hablando del Grupo de Experimentación Sonora después de 50 años”.