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Diez de los mejores animadores cubanos del siglo XXI
Para celebrar el aniversario 65 de los Estudios de Animación del ICAIC, quisimos trazar una antología mínima, seguramente incompleta, de los principales realizadores y sus obras, dentro del ámbito de la animación en Cuba, vista a partir de la irradiación proyectada por el edificio de calle 25 entre 10 y 12, del Vedado habanero.
Es cierto que existían Estudios de Animación antes de que se radicaran en esta sede relativamente nueva, pero este texto se concentra en las obras producidas en los años 2000 y 2010, en aquel sitio que es como la casa y la familia donde trabajaron juntos consagrados y noveles, según se aprecia en la siguiente selección de diez de los mejores animadores cubanos en las décadas antes citadas. Ellos se encargaron de que el animado cubano siga completamente fiel a la diversidad temática, estética y de técnicas. La lista aparece ordenada en términos cronológicos, comenzando, como es natural, por los consagrados, los veteranos que se aprestaron en el aprendizaje de las nuevas tecnologías y comunicaron a los nuevos su enorme caudal de conocimientos.
1. Multipremiado y consagrado a lo largo de varias décadas, Juan Padrón dobló la curva del siglo XXI y todavía nos entregó creaciones tan memorables como Más vampiros en La Habana (2003), Primer Premio Coral de Animación en el Festival de La Habana; Nikita Chama Boom (2010) y los Filminutos junto a Tulio Raggi (1980-2006). Entre las últimas creaciones de uno de los mejores directores del cine cubano se encontraban Elpidio Valdés ordena Misión Especial (2015) y Xip Zérep contra los vampiros lácteos (2015) realizadas en plena colaboración con los Estudios de Animación, y en 2020 realizada una excelente obra didáctica sobre la historia de La Habana.
2. Tulio Raggi se consagró entre los mejores animadores de Cuba sobre todo en los años ochenta con El alma trémula y sola (1983) y El paso del Yabebirí (1987) que fue premiado en el Festival de La Habana. Con la creación de los Estudios de animación del ICAIC retoma la serie Filminutos (los números 53 y 57 alcanzaron premios en el Festival de La Habana de principios de los años 2000) y también le da continuidad a la saga de animados de corte histórico y de aventuras con El negrito cimarrón y los molinos del marqués (2004), El negrito cimarrón y el secuestro de yagua seca (2005), y El negrito cimarrón y las sirenas del marqués, de 2007, entre otras.
3. Mario Rivas también se cuenta entre los mejores animadores cubanos del siglo XXI y desde antes. Graduado de Artes Plásticas en San Alejandro, fue promovido a director de dibujos animados en los años setenta pero su mejor década fueron los ochenta cuando participó en los Filminutos y en Elpidio Valdés, dirigió El bohío y Una leyenda americana (1984), estos dos incluidos entre lo mejor que se ha producido en Cuba en esta categoría. Con la creación de los Estudios de Animación del ICAIC, Rivas continuó entre los líderes en cuanto a su oficio con series animadas como Historia de las abejas y la saga de Fernanda, la niña detective a la cual se dedica una serie con capítulos de quince minutos, mayormente pensados para televisión, y creados a lo largo de los años 2000 y 2010.
4. Laureado con el Premio Coral de Animación, el primer largometraje cubano realizado en 3D, Meñique (2014), de Ernesto Padrón, fue la coronación de largos años de trabajo y expectativas por parte no solo de un equipo de profesionales de los Estudios de Animación, sino también de especialistas de la Universidad de las Ciencias Informáticas de Cuba (UCI) y el Ministerio de Cultura y Deporte de España, la Agencia Gallega de Industrias Culturales y el Programa Ibermedia. Versión del cuento homónimo adaptado por José Martí en 1889 para La Edad de Oro, el filme trata sobre un joven campesino, que intenta sacar a su familia de la pobreza. Su encuentro con el Espejo Mágico de la Media Naranja, quien le revela a la mujer de sus sueños, dará inicio a la aventura, todo auspiciado por la premisa de que la sabiduría y la curiosidad pueden más que la fuerza y la maldad. Ernesto Padrón se licenció en periodismo, dirigió varias publicaciones para niños, y desde los años ochenta se vincula a la animación. En 1996 dirigió la primera serie de animación por computadora de Cuba, Los ¿por qué? y en 2001 estrenó otra serie, muy útil para los niños y sus maestros: Para curiosos. En 2002, realizó Conociendo a Martí: Memorias del Hanábana.
5. Perteneciente, como Juan Padrón o Fernando Pérez, a la llamada Generación Intermedia del cine cubano, integrada por quienes debutaron a finales de los años setenta o principios de los ochenta, Jorge Oliver fue periodista, escritor, historietista, diseñador gráfico y por supuesto animador. Además de ser recordado por muchísimos cubanos como creador de dos personajes: El capitán Plin (a partir de 2005) y Rui la Pestex. Oliver trabajó primero de guionista de de los largometrajes de Elpidio Valdés, y mucho después fue uno de los más devotos cultivadores de los Audiolibros de Ediciones ICAIC como El gato de los bigotes largos, La Reina de la Isla del Coco, y Yo soy Rui la Pestex
6. El primer dibujante, ilustrador y animador de la nueva generación incluido en esta lista es Alexander Rodríguez que se vinculó a los Estudios desde 1998, fue miembro del equipo creador de la serie Para la vida, y luego se consagra con Nené Traviesa (2003), y Quietud interrumpida (2007) que ganó el segundo Premio Coral en La Habana. Influido por el anime japonés, la Disney y los grandes animadores cubanos, Alexander también realizó videos musicales (Marinero quiero ser), fábulas de encantador lirismo como El camino de las gaviotas (2011) y combinó lo cubano ancestral con otros referentes en Las aventuras de Juan Quin Quin (2014) casi siempre a partir de la técnica tradicional, dibujo en papel, por planos, compuestos finalmente por vía digital.
7. Toda la rica experiencia laboral acumulada por Bárbaro Joel Ortiz fue decisiva para la realización de 20 años (2009), Premio Especial del Jurado en el Festival de La Habana y que significó un parteaguas, un antes y un después. Graduado del ISA en Artes Plásticas, y con un amplio trabajo en los estudios de marionetas del ICRT, Bárbaro Joel fue también ilustrador de las editoriales Gente Nueva y Ediciones Abril y trabajó como diseñador de muñecos de los grupos Teatro de las Estaciones y Teatro Papalote. Según una crítica aparecida en el periódico Granma “esta pequeña gran película –filmada exquisitamente en la veteranísima técnica de stop motion– hace de lo mínimo arte mayor, y sobresale en virtud de su poder comunicativo para transmitir los procesos de decadencia espiritual, desintereses vitales o desmotivaciones sentimentales de los seres humanos”. Ernesto Piña
8. También graduado de Artes Plásticas en el ISA, Ernesto Piña, alternó sus estudios universitarios con la creación de Erpiro Studio, plataforma productora de sus primeros animados EME 5 y Todo por Carlitos, este último ganador de premios y reconocimientos en la 5ta Muestra de Nuevos Realizadores, en el Festival Cine Plaza y la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica lo selecciona como la mejor animación exhibida en Cuba en el 2006. Después continuó su éxito con El propietario, codirigido con Wilber Noguel, Wajiros, y la serie de 24 capítulos Pubertad (2008 y 2011) que asociaba con acierto lo didáctico, el humor, y la voluntad por crear un estilo muy definido, mientras se dejaba influir por el anime japonés y pror Juan Padrón. En 2023 se estrenó su primer largometraje La Super.
9. En el ámbito de las series animadas, integradas por cortos muy breves de carácter independiente, deben ser mencionadas Cuentos para una abuela (2010) y Cuentos de Ñañá Seré (2020) con guion, fotografía, diseño, trabajo en 3D, y dirección de José Martín Díaz. Ambas series recrean cuentos moldeados por la tradición y la oralidad, que han pasado de generación en generación. Según una entrevista publicada hace unos años, José Martín Díaz consideraba que Animados ICAIC pudiera superarse realizando series nacionales, de 50 capítulos o más, que sean las predilectas de los niños cubanos y alcancen la excelencia.
10. Y en el multiverso de la animación cubana también habita el exitoso binomio que constituyen Adanoe Lima yYemelí Cruz. Ambos firmaron dos hermosas animaciones totalmente desvinculadas de la producción destinada a los niños o con propósito didáctico. Hicieron primero La luna en el jardín (2012) inspirado en un pasaje de la única novela escrita por la poetisa Dulce María Loynaz, y luego Los dos príncipes (2017) que se atreve a prescindir de diálogos o textos, incluso del hermoso poema martiano en el cual se inspira su narración. El dueto suele recurrir a la técnica de stop motion con algunos recursos de la 3D.
Menciones honoríficas: Historias del taller (2013), de Paul Chaviano en colaboración con Juan Padrón; El camarón encantado (2015) de Adrián López Morín