NOTICIA
Denuncia y reparación, dos motivos de un audiovisual
“Sin el cuerpo el ser humano no existiría. Él es la evidencia de la relación con el mundo, el lugar del límite, el soporte material, una presencia inmediata, viva”.
Este es uno de los tantos diálogos que tiene el más reciente documental del proyecto Palomas, Mi cuerpo es mi vida, producción que cuenta nuevamente con la dirección de Lizette Vila e Ingrid León.
En esta ocasión, el filme ha contado con el auspicio del Centro Félix Varela, la Embajada de Canadá en Cuba, Oxfam, el Reino de los Países Bajos, la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación y el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC).
Cubacine conversó con Lizette Vila para conocer detalles relacionados con el audiovisual.
¿Qué es Mi cuerpo es mi vida?
Es un documental en el que 18 protagonistas testimonian los diferentes tipos y expresiones de violencia que han sufrido en sus cuerpos.
En el filme son entrevistadas 11 mujeres y 7 hombres que han sido víctimas de distintas manifestaciones de violencia, desde la estructural hasta la simbólica.
Y lo más relevante que tiene es que no solo se limitan a realizar sus denuncias, sino que también ofrecen las reparaciones que cada uno pudo encontrar desde sus realidades como cubanos.
¿Qué temas son abordados por los protagonistas?
En esta ocasión son muchísimos, entre ellos, la diversidad humana, racial y sexual, la salud y las enfermedades, la prostitución, la impunidad, la violencia obstétrica y el aborto.
Creo que es una constante que nuestros proyectos suelan abarcar diversos temas, pues al ser nuestro factor motivador la exposición de los derechos humanos y sexuales, así como la igualdad de género, resulta imposible limitar los documentales a una sola temática.
Palomas y su fórmula del éxito.
Creo que se trata ante todo de que somos un equipo muy bien consolidado, que no solo se expresa desde la creación y la producción, pues ponderamos el aprendizaje constante de la teoría de género y todo el fundamento de la justicia de género y social.
No hacemos esto solo para hacer un documental más, sino porque necesitamos actualizarnos sobre todo el pensamiento feminista que se desarrolla todo el tiempo y busca modos de ayudar y solidarizarse con las personas.
Además, no puedo dejar de mencionar el gran aporte que hacen Teresa Díaz Canals y Sara Más con la redacción de los textos que acompañan las historias. Ni las voces de Obelia Blanco, Verónica Díaz y Damián Alonso, que a través de sus narraciones logran compenetrar a los espectadores con cada testimonio que se muestra en Mi cuerpo es mi vida.