NOTICIA
De lo íntimo a lo grandilocuente
Oslo, hoy día, es reconocida como la ciudad de la felicidad y la riqueza, pues la mayoría de sus habitantes se muestran contentos y satisfechos por su nivel de vida. Pero, además, la capital de Noruega y su centro político, económico y cultural es empática y se involucra en contiendas que ocurren más allá de sus fronteras.
Muestra de ello, la pertinente y acertada película sobre el conflicto palestino-israelí Oslo (2021), dirigida por Bartlett Sher a partir de un guion de J. T. Rogers y con las destacadas actuaciones de Ruth Wilson y Andrew Scott.
Este drama bélico —thriller para algunos— de mucha actualidad debido a la nueva escalada de violencia que ha ido agravando la situación entre Palestina e Israel adaptó la obra teatral homónima (ganadora de un premio Tony) y basada en la historia real de las negociaciones que dieron lugar a los Acuerdos de Paz de Oslo de 1993.
El filme, rodado con indiscutible elegancia,se acerca a las conversaciones secretas, las amistades insólitas y el continuo vaivén de las comunicaciones, tantas veces a punto de explotar, entre un pequeño grupo de palestinos, israelíes y una pareja noruega implicada a más no poder para lograr cierto grado de armonía.
Asimismo, Oslo va mostrando las distintas fases de tales negociaciones, iniciadas en el terreno más íntimoe “inocente” posible entre sujetos sin cargos oficiales y alcanzando las más altas esferas en su resolución hasta llegar a clímax final: el de un enorme retroceso, una verdadera barbarie.
Entonces, en pleno (re)brote del conflicto palestino-israelí HBO presentó en mayo de este añodicho largometraje de producción propia que contó con el aval, ni más ni menos, del mismísimo Steven Spielberg y que representa un haz de luz esperanzadora que ha quedado sepultadoentre una montaña de escombros.
Y es que Palestina e Israel, Israel y Palestina, son los protagonistas de un cuento interminable en el cual han corrido ríos de sangre y tinta y el cual pareciese no alcanzar un punto y final.
No obstante, Oslo inicia un caminoa la hora de adentrarse en la tarea de comprender qué pasa en Oriente Medio. Muestra la historia con un filtro grisáceo para enfatizar la tristeza y la muerte imperante en la zona bélica y con otro, amarillento/ anaranjado, nos indica el carácter desértico del territorio.
Eso sí, alguien medianamente inteligente y que se interese por este tema no se fijará únicamente en los colores, ni las sensaciones que transmite la película en cuestión, sino que ampliará fuentes, las contrastará y se formará su propia opinión.
En definitiva, por encima de razas, sexos y religiones, somos seres humanos, y en este mundo actual, donde todos estamos conectados de un modo u otro, el conocer lo que sucede en otro punto del mapa no es solamente un derecho, es también un deber.