Fotograma de "Oscuros amores"

Casi listo “Oscuros amores”

Lun, 07/19/2021

Aunque a Gerardo Chijona no le gusta hablar sobre películas en proceso accedió a conversar con Cubacine acerca de su más reciente largometraje: Oscuros amores.

Este filme narra tres historias amorosas que, por varios imprevistos, se entrecruzarán hasta convertirse en la revelación de la trama de una película que hacia al final “ilumina” a un traficante de drogas.

¿Cómo surgió la idea de realizar este largometraje?

A propósito del estreno mundial de La cosa humana (2015) en el Festival de Cine de TriBeCa, en Nueva York, y su posterior exhibición por Estados Unidos, surgió la propuesta de dirigir otra comedia. Entonces aproveché la coyuntura para sugerir que fuera negra, un género que se caracteriza por tratar temas tabú abordados de manera humorística y del cual siempre he sido un gran fanático. Así surgió la idea original de Oscuros amores, que es el título de mi película.

Se trata de tres historias que transcurren en paralelo durante una noche habanera. Dos de ellas tocan el asunto de la muerte. Y como contrapunto en la estructura dramática se nos ocurrió una tercera ―no macabra― sobre el reencuentro sentimental entre una pareja separada por la distancia. Pero como son tres cuentos atípicos, con extraños personajes, diría que el filme está más cerca de la farsa que de la comedia de sonrisas.

De hecho, el reto en la escritura consistió en lograr que roles que se mueven en un mundo de locura y absurdo, llevado casi al límite, superaran el estereotipo y se convirtieran en seres humanos con vida propia, verosímiles para el espectador dentro del mundo imaginario donde coexisten los mismos. Ojalá que lo hayamos logrado.

¿A quién acudió?

Como regresaba a La Habana para filmar Los buenos demonios (2018) le escribí a Francisco García González, quien vive ahora en Canadá y ya había trabajado conmigo en Boleto al paraíso (2010), para que se hiciera cargo del guion.

Sabía que, entre sus numerosos relatos, él tenía un par de ellos que bordeaban la literatura negra y este, enseguida, se entusiasmó con la idea y comenzó a armar una historia coral.

Para ello establecimos el tono con que íbamos a contar nuestro largometraje tomando como referente, sobre todo, el humor sarcástico de Luis Buñuel en su período mexicano y, por supuesto, los dos clásicos de Titón, La muerte de un burócrata y Guantanamera.

Además, como yo sabía que uno de los mayores retos en la dirección era que los personajes fueran más que caricaturas, ya desde la propia escritura fui pensando en los actores idóneos para interpretar los distintos roles. Convoqué a actores y actrices de la estirpe de Isabel Santos, Osvaldo Doimeadiós, Luis Alberto García, Enrique Molina y Carlos Enrique Almirante. Ellos, junto a Yeny Soria y Yailín Coppola, se encargaron de darles vida propia a los distintos papeles.

Hicieron pequeños cameos, asimismo, Mario Guerra y Yailene Sierra. Por su parte, Vladimir Cruz encarnó a un director de orquesta sinfónica y tuvo que viajar a Cuba un mes antes para entrenarse en el papel. Por fortuna, contó con un entrenador de lujo, el maestro Iván Valiente.

También convencí a mi amigo Juan Carlos Tabío para hiciera una breve aparición especial interpretándose a sí mismo. Al respecto, confieso que quería hacerle un homenaje a quien, para mí, es uno de los grandes de nuestro séptimo arte. Pero lo que más feliz me hizo fue verlo de nuevo en un set, rodeado del cariño y el afecto de todos los que estábamos ahí disfrutando de su compañía y su inagotable vis cómica.

Debo decir, a su vez, que gracias al trabajo de Daniel Díaz Ravelo en el diseño del plan de rodaje pudimos terminar la película a tiempo. Fueron de gran ayuda, igualmente, Alexis Álvarez, el director de arte, y Laura Díaz Ravelo, la diseñadora de vestuario. Y nuevamente tuve a Miriam Talavera como editora, cuyo profesionalismo y mirada crítica nos salvaron.

Sheila Pool, alumna mía de la Escuela de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, se encargó del diseño de la banda sonora. Tuve también la suerte de trabajar por, primera vez, con Juan Antonio Leyva y Magda Rosa Galbán, quienes compusieron una maravillosa música incidental a tono con nuestra historia.

Por último, pero no menos importante, tuve la dicha de volver a contar con Raúl Pérez Ureta, mi fotógrafo habitual, quien captó rápidamente la esencia de la película que tenía en la cabeza. Él supo unificar, en un juego de luces y sombras, el trabajo en locaciones con los interiores filmados en el set de Cubanacán, con una mirada que supera los cánones del género.

Nadie hubiera imaginado que estaba haciendo su último trabajo en cine. Raúl dejó una huella imborrable en el cine cubano. Para todos aquellos que tuvimos la dicha de trabajar con él, duele pensar que no lo tendremos nuevamente entre nosotros.

¿Por qué una comedia?

Recuerdo que François Truffaut decía que la comedia era el género más difícil porque requería más trabajo, talento y humildad. Y eso pareciera cierto, pues cuando comparo el promedio de versiones que realizo cuando dirijo comedias y dramas, me doy cuenta de que siempre el número es el doble en el caso de las primeras.

Hicimos como 18 versiones, siempre con Francisco como guionista y yo, asesorándolo, sobre todo en la estructura, terreno donde me siento más seguro trabajando. Juntos, tomamos como ejemplo After hours, una película de Martin Scorsese que cuenta, también, una historia demencial en una noche neoyorquina.

En resumen, fue una película agotadora, pues casi el 80 % de los llamados fueron nocturnos, con alrededor de 37 locaciones, pocas semanas de rodaje y un reducido presupuesto.

¿Alguna anécdota?

Recuerdo que Isabel Santos, quien fue una de las primeras personas que leyó el guion, me sorprendió cuando me dijo que para ella Oscuros amores era una película sobre la soledad. Y es verdad que, entre tantos enredos y demencias, los personajes buscan compañía desesperadamente.

Yo me conformaría con que, cuando llegue el día en que podamos terminar la etapa de posproducción en Madrid (solo le falta la mezcla de sonido) de esta película que filmamos hace dos años ya, y después la estrenemos en cines, el público se entretenga y salga complacido de las salas.

(Foto tomada del sitio web de la película https://oscurosamores.com/)