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Ampárame, la religiosidad en la música cubana
El documental Ampárame, la religiosidad en la música cubana (2008), de Patricia Ramos, se presentó ayer jueves en la Sala Santiago Álvarez del Multicine Infanta. Este filme forma parte de la serie Historias de la música cubana, dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón.
Mostrar la presencia de las religiones con su sincretismo en la música de nuestro país, desde la clásica hasta la popular, se convierte en la tesis más importante del documental. Para ello se recogen declaraciones de artistas como Chucho Valdés, Carlos Alfonso, Juan Formell y Adalberto Álvarez, que han incorporado ritmos, frases e instrumentos de la religión yoruba a sus creaciones musicales.
Recordar la fusión de la música del grupo Síntesis y canciones como Bacalao con pan, de Irakere; Y qué tú quieres que te den, de Adalberto Álvarez y su Son; y Ampárame, de los Van Van, son algunos de los ejemplos más populares de esta realidad.
Sobre el tema el destacado estudioso Rogelio Martínez Furé comentó que uno de los aportes más significativos de África a la música nacional es el arsenal sonoro de sus instrumentos musicales y en mayor medida los tambores. Y es que no solo se aprecia en la música popular, pues en la de concierto se utilizan los mismos presupuestos para crear distintas sonoridades con un sello autóctono. Tal es el caso de Concierto de Lieja, de Leo Brouwer, en la que el maestro utiliza uno de los cantos de Shangó dentro de la composición musical.
Chano Pozo, Ignacio Piñeiro, Bola de Nieve, Rita Montaner, María Teresa Vera, Celina González, fueron algunos de los músicos de nuestro país que interpretaron distintos ritmos y coincidieron en el uso de la religión dentro de sus composiciones.
De igual manera la religión católica está presente en la música cubana. La herencia musical de Esteban Salas se convierte en una de las guías más precisas en grupos que interpretan música clásica, como Ars Longa. La obra del compositor José María Vitier es otro ejemplo. La misa cubana, prolífera e intensa creación de Vitier junto con su esposa Silvia. R. Rivero, como han declarado ambos, es una ofrenda a la religión católica como muestra de fe.
Monseñor Carlos Manuel de Céspedes señaló la gran impronta del sincretismo de la religión cubana en la creencia de nuestro pueblo. De esta manera es que se refleja en la música, pues no hay una desvinculación entre las religiones católica y yoruba. La presencia de ambas, aunque se piensen en ocasiones de manera separada, es una sola, que clasificada de culta o popular responde a lo que somos como cubanos, un pueblo que es la mezcla de razas y culturas, pero en esencia es uno solo.