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Acerca de El cuchillo en el agua
El filme El cuchillo en el agua (Nóż w wodzie, 1962) será el encargado de darle apertura oficial, el próximo viernes 2 de mayo a las 5:00 pm. en el cine 23 y 12, a la Muestra de Cine Polaco. La selección lleva por título: Cine Nostálgico Polaco, ya que, como la cinta inaugural, se exhibirán siete películas consideradas clásicos cinematográficos del país invitado.
El cuchillo en el agua fue la obra debut del aclamado director Roman Polanski (Chinatown, Rosemary´s Baby, The Pianist), la cual, además, impulsó la carrera cinematográfica de este realizador a nivel internacional. Es considerado un largometraje clave del cine polaco, reconocido por su narrativa, puesta en escena minimalista y su atmósfera tensa.
El conflicto trágico-romántico entre tres personas: un matrimonio y un joven estudiante en un paseo en velero, sirve de argumento para el desarrollo de la trama. Andrzej (Leon Niemczyk) y Krystyna (Jolanta Umecka) son una pareja sólida aparentemente, que deciden tomar un viaje veraniego en su yate particular. A este paseo se le suma un hombre de 19 años (Zygmunt Malanowicz) que no se identifica ante ellos, pero su carisma y astucia los convence de ser una buena compañía. A partir de aquí comienza una lucha de contrarios entre ambos hombres que tiene por centro la atención de la mujer.
La manifestación de intereses particulares, de poder y machismo deja consecuencias nefastas para los tres. Opaca la posibilidad de un final feliz para lo que empezaría como un bonito y peculiar ménage à troi.
El deseo es el concepto fundamental que rodea la película. En cada secuencia se examinan sus diferentes aristas, no queda solo en la búsqueda de satisfacción sexual y aprobación personal como complejo humano. Los protagonistas masculinos medían sus decisiones a partir de lo que sienten por el objeto de sus deseos: Krystyna. Estos, al jugar con el concepto de verdad absoluta, redefinen la idea de que la realidad es subjetiva y que esta moldeada según la perspectiva de cada individuo.
En la obra existe una cosificación femenina, sin embargo, y sin buscar justificar su ensamblaje conceptual, la mujer es el eje dramático. La disputa por la mujer, que se desarrolla de una manera sutil y avispada, está constituida según el curso de las disposiciones e inclinaciones de esta. A través de ella se manifiestan los hechos y, por supuesto, las consecuencias a ocurrir. Por lo cual, en Krystyna, no se ahonda en una reducción de la identidad femenina por su apariencia física o atractivo sexual. Se considera su autonomía constantemente al prever, entre otros factores, su capacidad para manipular la situación entre la competencia de ambos hombres.
Polanski buscó con su filme hurgar en la psiquis de sus personajes con tal de explorar las emociones humanas en una situación al límite, así su contexto parta de un evento algo paradisiaco y feliz. Construye un drama cargado de los temas que pasarían a ser recurrentes en su filmografía: la manipulación, el deterioro de las esencias humanas, la ambigüedad moral, la desestructuración de sistemas sociales establecidos debido a contextos tóxicos y claustrofóbicos, y la muerte.
El guion inteligente de El cuchillo en el agua (escrito entre Polanski, Jerzy Skolimowski y Jakub Goldberg) explota cada elemento emocional hallado en los roles. La dinámica entre los tres evoluciona de manera ligera, sin excesos dramáticos. Los diálogos son afilados, llenos de insinuaciones que revelan sinuosamente las verdaderas intenciones de cada integrante de esta trieja. Entre ellos existe una tensión, que a nivel de libreto fue meticulosamente calculada, lo que se transmite en cada interacción. El espacio reducido aporta a esta relación de personas un perenne estado de frialdad y confusión, tal cual el peligro siempre se sintiese cerca o fuese a saltar del agua.
En el filme se emplean varios símbolos que profundizan la sensación de incertidumbre y refuerzan el suspense tratado. El cuchillo es una clara amenaza sobre el barco que permea y se sugiere sobre las acciones de los implicados. Es un objeto que representa el poder concreto, pero también, la fragilidad de la situación y la violencia. Por otra parte, el velero, es contemplado como sinónimo de inestabilidad, de vacío y ambigüedad. Si bien está situado sobre un basto mar, extenso y relativamente tranquilo, la cadencia de sus movimientos interfiere sobre las mismas acciones de los personajes, apoya el desequilibrio en el que se van hundiendo. Lo que acontece sobre la cubierta del bote, sin una clara resolución, refuerza la inseguridad y el desconcierto ante la percepción misma de la realidad.
El cuchillo en el agua marcó el estilo de Polanski, con la cual demostró su maestría al crear cine psicológico. Con toques de Hitchcock, una batalla de contrarios, una lucha de clases y generaciones y un cuchillo sobre la superficie de un espacio reducido, este realizador confeccionó una obra que sirve de referencia aún en la actualidad para tratar el género.

