1917

Estrenada a finales del pasado año y ganadora sorpresiva de los más importantes premios junto a la coreana Parásitos, 1917 sigue dando de qué hablar, tanto por sus virtudes cinematográficas como por aspectos que le han criticado, en esencia nada desmerecedores para una película que apuesta por una experiencia fílmica espectacular.

Inspirada en un relato que le hiciera su abuelo, veterano de una Primera Guerra Mundial, que le costó la vida a 18 millones de personas, Sam Mendes tiene el mérito de situar al espectador en el mismo medio de aquella contienda absurda  a la que se le llamó "guerra de trincheras", cuatro años ―si no se moría antes― viviendo a merced de los bombardeos, los gases letales, las arremetidas del enemigo, las enfermedades, el hambre y una falta de higiene que dio lugar al denominado pie de rata (las botas se rompían a causa de la humedad y las ratas comenzaban su faena comiéndose un primer dedo).

Las trincheras vienen a ser un "personaje" preponderante en este filme, así como lo fueron en la vida real. Lo normal era excavar tres líneas de trincheras; la primera, que recibía  la arremetida del enemigo y desde la cual se lanzaban los ataques; la segunda, que apoyaba con hombres y suministros a la primera, y la tercera, 300 metros  tras la segunda, y en la que se situaba la reserva del ejército.

Tres líneas que le hacían difícil al enemigo avanzar, pero vivir en las trincheras, defecar en las trincheras, dormir y permanecer en ellas un día tras otro fue una verdadera agonía causante de severos trastornos emocionales a una tropa  que, en buena medida, se preguntaba qué ideales defendía (recordar Senderos de gloria, Stanley Kubrick, 1957).

Corriendo entre interminables trincheras y otros escenarios aparecen los protagonistas de 1917, dos jóvenes soldados que deben cumplir una misión, a primera vista suicida: entregar un mensaje urgente a un coronel, a quien el ejército alemán ha confundido para hacer que sus tropas se lancen al ataque, en un campo de batalla donde les espera una trampa mortal.

El  guion de 1917 no es nada del otro mundo y sobran filmes, ubicados en cualquier tiempo, en los que un soldado, emisario o patrulla armada  reciben la misión de llevar una noticia  en cuyas alas estaría la salvación de muchos. Solo que el filme de Mendes, además de ser una brutal recreación de lo que debió ser la guerra en trincheras, nos hace ir a la par de los dos protagonistas y enfrentar cuanto horror se  les presente en la misión. ¿Cómo obtener tal efecto si no estamos hablando de tercera dimensión ni nada por el estilo? Pues gracias al manejo de las escenas y recurriendo a la técnica del falso plano secuencia, para hacer creer que todo el filme se ha realizado sin cortes, aunque unos  pocos hay, difíciles de detectar.

El plano secuencia ya fue utilizado por Hitchcock en La soga (1948), y el director de 1917 se lo impone, no por capricho esteticista ni alarde técnico. Una visualidad bélica rotunda, pocas veces vista (sin olvidar Dunkerke, de Christopher Nolan, y Salvar al soldado Ryan, de Spielberg), técnica y sensibilidad al servicio de la narración, pues si bien es cierto que el ritmo vertiginoso de la cámara recuerda por momentos un recurso inherente al videojuego, el filme conecta cálidamente  a los espectadores con los personajes y con lo que ellos representan.

Algunos le han criticado un cierto maniqueísmo de "buenos" y "malos" a 1917, también errores históricos, como que aparezcan soldado negros y de la India integrados a tropas blancas, lo cual era inimaginable para la época, igualmente que en la escena final las tropas de infantería corran durante un ataque por una explanada verde que, en su lindura, recuerda un campo de golf, cuando debió ser una tierra tenebrosa removida por los cañonazos. En fin, las críticas, que nunca faltan, incluso para un filme que, como 1917, ya puede ser considerado entre los grandes del género de todas las épocas.

(Tomado de Granma, 9 de marzo de 2020, http://www.granma.cu/cronicas-de-un-espectador/2020-03-08/1917-08-03-2020-23-03-53?fbclid=IwAR3jW-OsqbpbPgehxhJaP490K3826gPoQUJfkFbV7RLdFTMbw5yCCotL3Fg